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En el mundo tan caótico en el que vivimos, muchos de nosotros habremos padecido brain fog. Para aquellos que no hayan identificado este fenómeno todavía, los síntomas más comunes son la falta de concentración y energía, pensamientos dispersos, problemas de memoria y falta de motivación. En resumen, es como si tuvieras una nube constante en la cabeza que no te permite trabajar y pensar óptimamente.
El brain fog es una indicación de que existe inflamación en el cuerpo. Las células se fatigan fácilmente y perdemos la capacidad de concentrarse durante periodos largos. La inflamación crónica es el resultado de una dieta pobre y un estilo de vida poco saludable.
La solución por lo tanto es cambiar ciertos hábitos de vida e incluir alimentos antiinflamatorios en la dieta.
El descanso
El descanso influye directamente en el brain fog, o incluso irse a la cama con el estómago lleno puede provocar pensamientos dispersos al día siguiente.
Los alimentos procesados
Cuando comemos demasiados carbohidratos refinados, alcohol, cafeína, alimentos azucarados, bebidas gaseosas y desórdenes alimenticios el azúcar en sangre se dispara, al igual que saltarse comidas o comer de forma irregular también provoca desniveles en el azúcar en sangre.
Problemas hormonales
Los problemas hormonales como la fatiga adrenal y la menopausia pueden causar brain fog. Por otra parte, el estrés crónico también es un detonante ya que el cuerpo sufre los efectos de la hormona del estrés, el cortisol.
Toxinas medioambientales
Hoy en día estamos expuestos a una serie de toxinas como los metales pesados, los pesticidas y los contaminantes, que causan desequilibrios en nuestro organismo.
El segundo cerebro
Existe un link importante entre el sistema digestivo y el cerebro. Como consecuencia, la flora intestinal afecta directamente a nuestro funcionamiento cerebral, estado de ánimo y energía. Por ello lo llaman el ‘segundo cerebro’.
Para disminuir la inflamación en el cuerpo, se recomienda tomar alimentos antiinflamatorios que mejoran la flora intestinal, ayudan a estabilizar el azúcar en sangre y fortalecen el funcionamiento cerebral. Es importante incluirlos en la dieta todos los días.
Gluten, trigo, ácidos grasos trans, bollería industrial, sal de mesa, alcohol, azúcar, proteína animal, lácteos, aditivos, endulzantes sintéticos, carbohidratos refinados y alimentos fritos.
La meditación
Está científicamente probado que la meditación beneficia la salud cerebral, especialmente cuando se trata de mejorar la concentración y la productividad.
Hidratación
Casi el 75% de nuestro cerebro es agua, por lo tanto, es importante mantenerse hidratado para evitar que el cerebro no funcione a su mayor capacidad. No sólo te puedes hidratar con agua mineral, sino que las infusiones, las frutas y las verduras también son una buena fuente de hidratación.
Vitamin D
Pasar tiempo al aire libre y absorber la vitamina D que aporta el sol también mejoran nuestro estado de ánimo, los pensamientos dispersos e incrementan la motivación. Pasa unos minutos al sol cada día para fortalecer tu sistema inmune y prevenir el brain fog.
Aceite esencial de romero
El romero es conocido como ‘la hierba de la memoria’. Tiene propiedades relajantes, alivia la fatiga mental y regula el sistema nervioso. Si sufres de problemas de memoria y ansiedad, aplica unas gotas de aceite de romero esencial en un algodón y respira profundamente para aclarar la mente.
Si sientes que padeces brain fog, sigue los consejos alimenticios y hábitos saludables de la experta en nutrición Melanie Waxman y verás como tus síntomas mejoran, ¡e incluso desaparecen!
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