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SHA Magazine Salud y belleza
La transición entre la libertad absoluta de las vacaciones y el estresante y frenético ritmo de la oficina no siempre es sencilla. Para minimizar sus consecuencias y facilitar el proceso de adaptación entre dos entornos tan dispares, Amalia Rubio y Bruno Ribeiro, responsables de las unidades de Salud Energética y de Desarrollo Cognitivo y Estimulación Cerebral de SHA Wellness Clinic, nos dan los mejores consejos para evitar los efectos del conocido popularmente como síndrome postvacacional.
Las vacaciones han terminado. Deja de pensar en el pasado, céntrate en el momento presente y sé agradecido, tanto por haber podido disfrutar de unos días de descanso como por tener trabajo.
Se acabaron los excesos veraniegos: los fritos, los helados, las bebidas azucaradas, el consumo de alcohol… Una dieta basada en frutas y verduras de temporada, cereales integrales, legumbres, algas, semillas y frutos secos te ayudará a alcanzar tu estado óptimo de salud física, mental, emocional y espiritual.
Cuando practicamos ejercicio, el organismo libera sustancias, como la dopamina, la serotonina o las endorfinas, que mejoran la función cerebral, las habilidades cognitivas y el estado de ánimo y reducen el estrés. Además, la actividad deportiva acelera la pérdida de peso y favorece el descanso reparador.
No apures las vacaciones hasta el último segundo y procura regresar un par de días antes de que terminen. De esta manera, podrás ir mentalizándote gradualmente, organizando tus rutinas y ajustando los horarios a las responsabilidades laborales. Además, si vuelves a la oficina entre semana en vez de un lunes, reducirás la carga de trabajo durante los primeros días.
En vacaciones, nos acostamos y levantamos más tarde de lo habitual y no solemos perdonar la siesta. Por eso, es fundamental ir ajustando poco a poco las pautas de sueño al horario laboral. Así, cuando el primer día de trabajo suene el despertador, estarás descansado y con energía para enfrentarte a cualquier reto o desafío que se te ponga por delante.
Llegas a la oficina, enciendes el ordenador, abres el correo electrónico y encuentras cientos de emails sin leer. Para no agobiarte, estresarte ni verte superado por el trabajo acumulado durante tus vacaciones debes aprender a priorizar lo verdaderamente urgente y dejar el resto para más adelante.
Practicar disciplinas que ayuden a focalizarse en el momento presente y centrar toda la atención en el aquí y el ahora, como el yoga, la meditación o la respiración pranayama, facilita la transición entre el descanso vacacional y la exigencia laboral y mejora tanto el control como la gestión del estrés.
Durante los primeros días, al salir de la oficina intenta no ir a casa directamente. Queda con tus familiares, amigos y compañeros de trabajo para tomar algo y ponerte al día, da un paseo por el parque, ve al cine, sal a correr y, en definitiva, realiza cualquier actividad que te guste y que te haga sentir bien. [:]
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