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SHA Magazine Bienestar y descanso
El dolor crónico es una de las peores experiencias que se pueden vivir, ya que además de reducir considerablemente la calidad de vida, aún existen pocas soluciones efectivas. Por eso, todas las investigaciones para controlar el dolor son más que necesarias.
Algunas enfermedades suelen generar cuadros de dolor crónico muy complejos de tratar. La doctora Beatriz Orts, del equipo médico de SHA, explica que suelen ser patologías con un origen multifactorial que afectan a múltiples sistemas del cuerpo o que tienen una etiología mal comprendida. Entre ellas, la experta menciona la fibromialgia, una enfermedad caracterizada por causar un dolor musculoesquelético generalizado, fatiga y múltiples puntos sensibles.
El síndrome de dolor regional complejo (SDRC), un trastorno neurológico que provoca dolor severo, cambios en la piel y disfunción motora, que aparecen generalmente después de una lesión, también suele provocar cuadros de dolor crónico.
La doctora Orts menciona, además, algunas enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide o el lupus eritematoso sistémico; la neuropatía diabética producida por el daño que causa la diabetes a los nervios; algunas enfermedades degenerativas de la columna vertebral como la estenosis espinal y la enfermedad degenerativa del disco; las cefaleas crónicas (migrañas y cefalea tensional crónica); el dolor oncológico; y la endometriosis.
“El dolor crónico se puede definir como un dolor persistente que dura entre tres y seis meses, y no cede después de la resolución esperada de una lesión o enfermedad aguda. A diferencia del dolor agudo, que es una respuesta natural del cuerpo a una lesión o enfermedad y suele desaparecer con la curación, el dolor crónico persiste y puede no tener una causa clara”, describe Orts.
Varios estudios y revisiones demuestran que el dolor crónico se ha asociado con un deterioro cognitivo leve, sobre todo en los pacientes afectados por fibromialgia o dolor neuropático. En estos enfermos concurren otros procesos como la ansiedad, la depresión, los trastornos del sueño y el consumo de ciertos fármacos, todos ellos habituales en los pacientes con dolor crónico.
“Los cuadros de dolor crónico son especialmente complejos por su multifactorialidad. El dolor lo produce una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales. Esto puede incluir lesiones físicas y enfermedades, pero también afecta al estado emocional del paciente y a su entorno social. Se solapa con cambios en el sistema nervioso central y periférico, como la sensibilización central, donde el sistema nervioso se vuelve más sensible al dolor, amplificando las señales dolorosas”, indica la experta de SHA.
La doctora Orts expone que, además, el dolor crónico no responde bien a los tratamientos convencionales y esto requiere enfoques multidisciplinarios y personalizados. “Hay que combinar medicamentos, terapias físicas, intervenciones psicológicas y cambios en el estilo de vida. Todo esto puede llevar a la depresión, ansiedad, estrés y otros problemas de salud mental, creando un ciclo donde el dolor y los problemas emocionales se retroalimentan. Las personas con dolor crónico a menudo enfrentan incomprensión y estigmatización, tanto de la sociedad como de los profesionales de la salud, lo que puede dificultar el acceso a un tratamiento adecuado y apoyo”.
Para los expertos, el gran reto es determinar la causa exacta del dolor crónico, y esto puede ser muy difícil. A menudo requiere una evaluación exhaustiva por parte de múltiples especialistas, que incluye pruebas de imagen, análisis de laboratorio, evaluaciones funcionales y retraso en el diagnóstico.
El tratamiento eficaz del dolor crónico requiere la colaboración de múltiples profesionales de la salud, incluyendo médicos, fisioterapeutas, psicólogos y terapeutas ocupacionales, lo que puede ser logísticamente complejo. La combinación de estos factores hace que el manejo del dolor crónico sea un desafío significativo tanto para los pacientes como para los profesionales de la salud.
El abordaje del dolor crónico es tan complejo que muchas veces se cometen errores. La Dra. Orts señala que es frecuente que los profesionales de la salud minimicen o no reconozcan del todo la severidad del dolor reportado por el paciente, lo que conlleva a un tratamiento insuficiente.
Otro error común suele ser confiar únicamente en medicamentos sin considerar terapias adicionales como fisioterapia, psicoterapia y cambios en el estilo de vida. “Este enfoque puede ser ineficaz y aumenta el riesgo de dependencia a los analgésicos sin necesariamente mejorar el control del dolor a largo plazo”.
No involucrar a un equipo de especialistas (médicos, fisioterapeutas, psicólogos, etc.) es un error que limita las opciones de tratamiento y la efectividad general del manejo del dolor, pues la fisioterapia, la acupuntura, el ejercicio y la terapia cognitivo-conductual tienen evidencia científica de eficacia en el alivio del dolor crónico, y muchas veces son infrautilizadas.
Para la doctora, el enfoque más moderno y respaldado por la evidencia científica para tratar los cuadros complejos de dolor crónico es el modelo biopsicosocial y el manejo multidisciplinario. “Este enfoque reconoce que el dolor crónico es una condición compleja que resulta de la interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales”.
En este modelo, el uso de medicamentos, las intervenciones médicas y la fisioterapia se unen a terapias psicológicas como la terapia cognitivo-conductual o el manejo del estrés para dar apoyo y educación al paciente en la gestión del dolor.
En SHA, el dolor crónico se aborda desde un punto de vista integrativo con terapias respaldadas por una evidencia científica sólida. “Numerosos estudios y revisiones sistemáticas han demostrado que los enfoques biopsicosociales y multidisciplinarios son más efectivos que los tratamientos unidimensionales. Estos enfoques tienden a mejorar la calidad de vida, la funcionalidad y el bienestar psicológico de los pacientes con dolor crónico, además de reducir la dependencia de medicamentos opioides.” SHA ofrece un tratamiento integral del dolor desde el punto de vista de diferentes profesionales de la salud con un programa estructurado de manejo del dolor que puede incluir educación, ejercicios, terapias físicas y psicológicas. El objetivo es mejorar la calidad de vida y la funcionalidad del paciente.
El objetivo de SHA es que el paciente salga pensando que su dolor puede controlarse, y convencido de que puede recuperar su vida.
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