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A menudo, damos por hecho que somos como somos, con independencia de lo que comemos. Uno de los rasgos que consideramos independientes de nuestra dieta, pero que no lo es, es el sueño. Numerosos estudios nos muestran que lo que comemos sí nos afecta. La ciencia aún no puede decirnos con certeza qué alimentos nos ayudan a dormir, pero sí que tiene claro qué alimentos nos lo impiden.
En su libro The Sleep Revolution (2016), la autora Arianna Huffington, escribe:
«¿Hay algún modo de comer para mejorar el sueño? En realidad no, pero podemos comer de modo que empeoremos el sueño. Respecto a la comida y la bebida, importa más lo que debemos evitar que lo tenemos que comer».
Los alimentos que debemos evitar si queremos asegurarnos un sueño largo y reparador son:
Antes he dicho que no existen alimentos que favorezcan el sueño, sin embargo sí que hay ingredientes que lo hacen. Estos son algunos ejemplos:
No está demostrado que los alimentos citados arriba mejoren el sueño, pero uno de sus ingredientes sí que puede ayudar (magnesio, vit,B6, calcio, etc), por tanto, incluyéndolos en nuestra dieta nos aseguramos de que no haya deficiencias.
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