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SHA Magazine Salud y belleza
Desde el punto de vista energético, la salud no se entiende únicamente como la ausencia de enfermedad o con tener los marcadores bioquímicos en rangos normales. Porque, como nos cuenta Amalia Rubio, responsable de la Unidad Energética de SHA Wellness Clinic, “la salud es un estado positivo, un todo radiante en el que la energía vital fluye correctamente haciendo que el organismo esté preparado para responder en cualquier momento a los distintos estímulos, tanto internos como externos, manteniendo la armonía y la comunicación entre todas sus partes”.
Esa energía vital, que cuando está equilibrada nos permite funcionar y rendir a nuestro mejor nivel, se conoce desde hace milenios: en la Medicina Tradicional China se llama Qi; en Ayurveda, Prana, y en bioenergética es la frecuencia eléctrica a la que trabaja cada uno de nuestros órganos y sistemas, como el latido del corazón, la capacidad del cuerpo para autorregularse, la respiración, para mantener la sangre caliente o en los procesos metabólicos. “Con el uso de tecnologías, como la resonancia magnética, la radiofrecuencia o la bioimpedancia, y de dispositivos de diagnóstico, como Prognos , medimos el campo electromagnético del organismo y detectamos las causas y la localización de los posibles puntos débiles o alterados y de los bloqueos energéticos antes de que aparezcan los síntomas físicos. Así, podemos corregirlos y evitar futuras enfermedades o patologías. De ahí que la bioenergética sea una terapia preventiva”, afirma la experta.
Practicar deporte es un método muy saludable para liberar la tensión acumulada y aumentar la energía física y mental. Como comenta Amalia, “el ejercicio físico ayuda a mantener el correcto flujo de energía ya que, durante su práctica, el cuerpo segrega endorfinas y hormonas, como la oxitocina, que mejoran el estado de ánimo y actúan como analgésicos naturales, favoreciendo la relajación y la gestión del estrés. Además, cuando hacemos ejercicio, en los huesos se origina un proceso, llamado piezoelectricidad, que fortalece tanto la masa ósea como la salud cardiovascular. Eso sí, es importante elegir una disciplina deportiva (correr, nadar, bailar, etc.) que te haga sentir bien y que disfrutes realizándola porque, al hacer algo que te gusta, la energía y felicidad que obtenemos es mucho mayor”.
Centrarse en la respiración es otra manera natural para evitar los desequilibrios energéticos. “Cuando la tensión se acumula y nos estresamos, el sistema nervioso simpático activa el modo lucha o huida y responde a la amenaza segregando hormonas, como la epinefrina y la norepinefrina, para hacer frente a la situación. Esto provoca que experimentemos síntomas físicos, como la alteración del ritmo cardiaco o el aumento de la frecuencia respiratoria. Enfocando la consciencia en el presente a través de la respiración, haciéndola más lenta y profunda, ayudamos a liberar la tensión y a estar más tranquilos. Existen diferentes técnicas de respiración (diafragmática, abdominal, pranayama, alterna, consciente) y todas estimulan el sistema nervioso parasimpático, que es el que controla, equilibra y regula la respuesta de la relajación. Por último, es fundamental la risa y el sentido del humor porque, al reírnos, reducimos la respuesta al estrés y los músculos se relajan. Por eso, yo siempre digo que un día sin risas es un día perdido”, concluye Amalia.
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