¿Cómo abordar las adicciones y excesos de nuestra época?

Aunque muchas veces solemos decir que estamos enganchados a series, a personas, o a comidas, eso no quiere decir que seamos adictos. Una adicción es un proceso mucho más serio, que implica una dependencia fisiológica o psicológica que interrumpe el curso normal de la vida diaria.

La OMS define una adicción como “una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad de una sustancia, actividad o relación. Se caracteriza por un conjunto de signos y síntomas que involucran factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales.”

Preguntamos a Cinthya Molina, psicóloga clínica de SHA, cuáles son las adicciones que marcan nuestra época. Molina menciona la adicción a varias sustancias, entre ellas el tabaco, el alcohol y las drogas ilegales. También las adicciones tecnológicas, por ejemplo el uso excesivo de dispositivos electrónicos, el enganche a las redes sociales y a los videojuegos. Otras de las adicciones contemporáneas más prevalentes es el workaholism, el término anglosajón con que se define la adicción al trabajo. Y, por último, los comportamientos alimentarios compulsivos, sobre todo el consumo excesivo de comida rápida y azúcares.

“De todas las adicciones mencionadas, el tabaco, el alcohol y las adicciones tecnológicas son las que más impactan en la salud y la calidad de vida. El tabaco y el alcohol pueden elevar el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como el cáncer y las enfermedades hepáticas, mientras que el uso excesivo de tecnología puede causar problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión”, precisa la experta.

Molina suele abordar los problemas de adicción en su consulta en SHA de manera integral y personalizada. “Lo primero es hacer una evaluación inicial por nuestro personal médico. De esta forma se podrá comprender la extensión de la adicción y su impacto en la vida del paciente. Luego se puede implantar una terapia cognitivo-conductual (TCC) y un EMDR para ayudar a los pacientes a reconocer y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento destructivos. También se pone en marcha un asesoramiento nutricional para contrarrestar los hábitos alimentarios poco saludables y, por último, se prescriben terapias complementarias como la acupuntura y la meditación, para reducir el estrés y mejorar el bienestar general, así como programas de ejercicio para mejorar la salud física y mental”, explica Molina.

El abordaje de las adicciones en SHA respeta la filosofía holística e integradora que caracteriza todos los tratamientos y enfoques de la casa. “En SHA hemos encontrado que la personalización del tratamiento es clave”, explica la experta quien considera que no siempre es necesario ser drásticos en el abordaje, aunque en muchos casos, especialmente en las adicciones severas, “un enfoque firme”suele ser esencial. “Algunos pacientes pueden beneficiarse de una reducción gradual del uso de la sustancia, mientras que otros requieren una abstinencia completa desde el inicio. La experiencia muestra que el apoyo continuo y un enfoque flexible, ajustado a las necesidades individuales, proporcionan los mejores resultados”.

Pero, ¿es correcto creer, por ejemplo, que un fumador puede tener una relación equilibrada y controlada con el tabaco? Cinthya Molina piensa que es muy difícil mantener una relación equilibrada con sustancias altamente adictivas como el tabaco. “Las investigaciones muestran que el uso ocasional se puede convertir rápidamente en un hábito debido a la naturaleza adictiva de la nicotina. Por lo tanto, la abstinencia completa suele ser la estrategia más efectiva para evitar recaídas y problemas de salud a largo plazo”, explica.

Para la experta de SHA, el paciente más difícil de tratar es aquel donde coinciden múltiples adicciones y problemas de salud mental concurrentes, como la depresión o la ansiedad. “Estos pacientes requieren un enfoque más complejo y multidisciplinar”, afirma. Y continua: “Por otro lado, el paciente con mejor pronóstico suele ser generalmente aquel que presenta una sola adicción y un fuerte sistema de apoyo social, además de una motivación alta para cambiar. Estos factores pueden facilitar el proceso de recuperación y aumentar las probabilidades de éxito a largo plazo”.