Cómo combatir la fatiga mental en el trabajo y mejorar tu rendimiento

A veces el cansancio es como una nube que nos acompaña a todas partes. No podemos localizarlo en un sitio concreto. Estamos agotados, simplemente. Esa sensación de fatiga extrema no suele ser solo cansancio físico. Sentimos que nos falta energía, no podemos pensar correctamente, hemos perdido agudeza, las palabras se nos escapan, nos notamos torpes y más lentos. Olvidamos nombres, detalles que conocemos perfectamente. A veces parece que habitamos en una nebulosa con el piloto automático encendido, ejecutando tareas como zombies.

Ese estado se denomina fatiga mental. Un cansancio extremo que suele llegar tras una temporada de mucho estrés y carga de trabajo, un periodo de alta exigencia y autoexigencia que no termina y que pone al sistema nervioso contra las cuerdas y bajo mínimos.

La fatiga mental tiene muchas caras. Puede aparecer como irritabilidad y mal humor, o como ansiedad y depresión, con dolores de cabeza o con insomnio, con inapetencia o, con todo lo contrario, ansiedad por la comida. Cuando nuestro cerebro está cansado le cuesta concentrarse y prestar atención, no termina nada y está a varias cosas a la vez.

Cuando estos síntomas duran varias semanas o meses, el cansancio se puede cronificar y se convierte en una enfermedad de larga duración llamada síndrome de fatiga crónica que suele desencadenarse tras un periodo de actividad cognitiva prolongada con una carga muy alta de estrés mental. Por ejemplo, una época de tomar decisiones difíciles, exceso de compromisos y responsabilidades o proyectos que se alargan demasiado. No conviene pasar por alto las señales que mandan el cuerpo y el cerebro cuando quieren parar porque suelen hablar en serio. Si sientes que estás demasiado cansado para seguir, para y prueba a hacer alguna de estas cosas.

Medita

La meditación es un spa para el cerebro. Unos pocos minutos diarios pueden ser suficientes para aliviar el agotamiento emocional y potenciar la función cognitiva. Varios estudios han demostrado que unos minutos de meditación son capaces de aliviar la fatiga, la depresión y el deterioro cognitivo. Para un cerebro agotado no hacer aparentemente nada es un gran regalo.

Revisa tu agenda y establece claros límites entre el horario laboral y el tiempo de descanso y ocio. No permitas que todo se mezcle.

Hacer pequeños cambios en el equilibrio entre la vida laboral y personal o en los hábitos de sueño ayudar a mejorar la salud mental y permite al cerebro descansar. Hay que establecer horarios estrictos de descanso y aprender a decir que no. Hay que ser también muy serios con los horarios de desconexión de los dispositivos digitales y, si es posible, dejarlos fuera del dormitorio y no consultarlos un par de horas antes de dormir.

Vuelve a los hábitos saludables

Dormir las horas suficientes, beber agua, llevar una dieta nutritiva y equilibrada tienen un impacto importante en la salud mental. Un estudio reciente ha demostrado que una cantidad elevada de azúcar en la dieta puede tener efectos negativos en la función cognitiva y aumentar las conductas adictivas y los cambios de humor. Incluso si estás muy cansado intenta mantener los hábitos saludables que has conseguido establecer en su vida.

Si estás cansado, muévete

Un paseo de 30 minutos, montar bicicleta, o correr pondrán tu cerebro en otro marco mental. Lo han demostrado varios estudios. Por cansado que estés la actividad física siempre va a mejorar el estrés y el estado de ánimo y va a reducir la situación de agotamiento emocional. Es como un reseteo de la mente. Dedica unos minutos en el break de la comida para dar un paseo a paso ligero, sube y baja las escaleras, usa las bicicletas o las cintas de correr en el gimnasio de la oficina. Moverse es la palabra de orden cuando el cerebro está agotado.

Un baño de agua helada lo cura casi todo

En SHA Wellness llevamos quince años ayudando a nuestros huéspedes a superar situaciones de fatiga mental. Nuestro protocolo de tres packs, Transformative Breathing, combina los beneficios contrastados del baño de hielo con el poder terapéutico de la respiración, para conseguir una experiencia transformadora a nivel físico y mental. La fase final es un baño helado. Se ha comprobado que la bañera de hielo actúa como un espejo de las situaciones que nos bloquean y nos paralizan. Acompañado de un especialista que ayudará a mantener la respiración adecuada, el paciente permanecerá́ en la bañera a 3,5 grados celsius entre 2 y 3 minutos. El secreto que nos permite superar esos instantes iniciales es la respiración, una de las herramientas de bienestar más potentes que existen. “Cuando nos metemos en el baño de hielo, se produce una vasoconstricción generalizada y empezamos a respirar de manera corta y rápida, lo que aumenta todavía más el estrés. Pero si conseguimos regular la respiración, y hacerla más lenta y profunda, a los pocos segundos dejamos de luchar contra el hielo y comenzamos a entrar en un estado de paz y tranquilidad absolutas”, explica la Dra. Cynthia Molina, psicóloga de SHA Wellness Clinic.