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SHA Magazine Salud y belleza
Por supuesto que es posible mantener la piel radiante mientras estamos en casa. Solo tenemos que generar unos cuantos hábitos saludables, encontrar rutinas útiles, tener cierta disciplina y seguir ciertos consejos que nos ofrece la Medicina Tradicional China.
Te ofrecemos cinco consejos para que cuides tu piel durante un confinamiento. Y aprovecha que en casa tu piel no sufre con agresores como la contaminación, los rayos UVA o el maquillaje.
Lo que se ve a través de nuestra piel es el reflejo de la salud que tenemos. Y aunque quizá no lo creas, la respiración influye directamente en la salud cutánea: los pulmones aportan una mezcla de fluidos que proporcionan hidratación y regulan tantos los poros como la transpiración.
Así, es fundamental realizar bien una respiración larga, lenta y profunda. Luego, cuando expiramos, desechamos todo aquello que ya no necesitamos. Las técnicas respiratorias de relajación pueden ser de gran ayuda en nuestra tarea de oxigenar la piel.
Y un consejo que puedes hacer estos días: limpia armarios, garajes y trasteros: porque una manera muy sencilla de estimular los pulmones es deshaciéndote de todas aquellas cosas que ya no necesitas.
Durante décadas, se pensó que muchas afecciones dermatológicas comunes no tenían relación con la dieta. Sin embargo, los estudios de los últimos años han dejado en claro que la dieta puede influir en el resultado.
“En algunos casos, las intervenciones dietéticas pueden influir en el curso de la enfermedad de la piel, como en el acné. En otros, el cambio en la dieta puede servir como un aspecto de la prevención, como en el cáncer de piel y el envejecimiento cutáneo”, resumió una reciente revisión publicada en The Journal of Clinical and Aesthetic Dermatology.
Lo cierto es que los problemas dermatológicos crónicos empeoran al ingerir alimentos que causan inflamación en el cuerpo. Por esta razón, es fundamental reducir o evitar este tipo de productos, entre los que se encuentran el azúcar, carbohidratos refinados, lácteos, gluten, harina, comida procesada o grasas saturadas.
Para reducir los niveles de inflamación, la apuesta indudable es una dieta saludable y vegetariana que incluya cereales integrales, legumbres, té verde, frutos rojos, verduras de hoja verde, miso, pepinillos, etc.
El agua cumple un papel esencial en la hidratación de nuestro cuerpo y, por supuesto, de la piel. Lo que ocurre es que en estos tiempos de confinamiento pensamos que al gastar menos energía debemos consumir poca agua. Eso sería un error.
Es fundamental moverse, activarse y hacer ejercicio. De esta manera, y entre otros muchos beneficios, nos “obligaremos” a beber agua. Recuerda que para la hidratación no sirven líquidos como zumos, té negro, café ni, por supuesto, bebidas refrescantes y azucaradas. Nada hay mejor que el agua y puedes añadir rodajas de limón, pepino o lima para obtener un sabor más refrescante.
El sueño, todo un reparador nocturno
Es uno de los aspectos más infravalorados de nuestras vidas. Dormir bien ayuda a regenerar las células, reforzar nuestro sistema inmunológico y, desde luego, a tener una piel más tersa.
Un reparador sueño nocturno es vital en nuestro propósito de mejorar la salud de nuestro cutis, puesto que la noche es el mejor momento para hidratar, reparar y rejuvenecer la piel. Un sueño pobre deshidrata y envejece la piel. Cuando estamos descansados afrontamos el día con mayor vitalidad y solemos tomar mejores decisiones: alimentarnos mejor, movernos más, prestar más atención a la salud.
Un estudio publicado en la revista científica Clinical and Experimental Dermathology resumió que “una mala calidad del sueño crónica se asocia con el aumento de indicadores asociados al envejecimiento, una disminución de la protección cutánea y una menor satisfacción con la apariencia que mostramos”.
Durante un confinamiento, es esencial generar rutinas. Y no solo diarias, sino también nocturnas. Esto hará que tu piel pueda regenerarse con mayor efectividad mientras duermes. Para ayudar en tan importante labor, prueba con esto: aplícate un aceite regenerador tras haber limpiado el rostro.
Preferiblemente, emplea un aceite natural, como pueden ser el aceite de mosqueta, argan, coco, jojoba o aguacate. Todos ellos son buenísimos para la piel y son completamente naturales.
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