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SHA Magazine Salud y belleza
¿Cuánto sabes de tu hígado? Quizás que pesa entre 1.100 y 2.500 gramos, o que es uno de nuestros órganos más importantes pues se calcula que desarrolla hasta 500 funciones, entre ellas, la limpieza y la desintoxicación del cuerpo. Quizás intuyas que el hígado se cansa, se sobrecarga y entonces funciona a media máquina.
Un hígado cansado o sobrecargado no consigue sintetizar algunas sustancias imprescindibles, como las enzimas digestivas, el colesterol, las hormonas, los ácidos grasos y las proteínas. Cuando este órgano no es capaz de producir suficiente bilis la absorción de vitaminas liposolubles y el Omega 3 es de baja calidad.
La misión depuradora del hígado ayuda a destruir toxinas, fortalece el sistema inmunitario y ayuda a eliminar el exceso de estrógenos. Un órgano sobrecargado favorece un desequilibrio hormonal que con el tiempo puede provocar enfermedades graves como el cáncer de mama.
Las migrañas y las digestiones pesadas o lentas, los gases, las flatulencias y el mal aliento son señales de un hígado sobrecargado, también lo son la tendencia al estreñimiento, y una mala recuperación muscular tras los esfuerzos físicos.
Los dolores y la alteración del estado de ánimo durante el periodo premenstrual y la aparición de coágulos también pueden estar indicando que necesitamos una limpieza de hígado. La apatía y la falta de energía y la dificultad para tomar decisiones son, según la medicina tradicional china, síntomas de que debemos ayudar al hígado con una dieta depurativa.
¿Qué podemos hacer por nuestro hígado?
La medicina natural recomienda realizar curas depurativas periódicas, una por estación, para hacer algo parecido a un reseteo del hígado. Sin embargo, además de estas terapias de choque, resulta muy beneficioso cuidar el hígado todos los días del año con una buena alimentación y un estilo de vida sano. Por ejemplo, aumentar el consumo de verduras, sobre todo de crucíferas, es una acción que ayuda a la depuración hepática.
También conviene evitar el consumo de alcohol que es tóxico para el hígado, o hacer preparaciones culinarias sencillas con utensilios sin tóxicos y evitando quemar los alimentos. Reducir el consumo de azúcar, de harinas refinadas, y de alimentos ricos en fructosa, y moderar la ingesta de carbohidratos son pequeños cambios de hábitos que aligeran el trabajo del hígado.
También se recomiendan los alimentos ricos en glutatión, un antioxidante esencial en los procesos depurativos, y que suele abundar en la col, la cebolla, los puerros, las espinacas y los aguacates.
Intentar hacer ayuno de doce horas o más entre la cena y el desayuno ayuda al hígado a no acumular grasa. Por último, la hidratación y la actividad física completan el cuidado integral que merece un órgano tan importante.
Algunos componentes y nutrientes son un auténtico regalo para el hígado. Entre ellos, la colina, un nutriente esencial que forma parte de las vitaminas del grupo B, y es muy útil para eliminar la grasa del hígado. Los huevos, las setas shiitake, el tofu y otros derivados de la soja, los garbanzos, la levadura nutricional, el brócoli y la quinoa son muy ricos en colina.
La metionina es otro aminoácido muy interesante para el hígado porque está involucrado en la formación de glutatión. Puedes encontrarlo en las pipas de girasol, la avena y otros cereales integrales, también en las nueces de Brasil y las semillas de cáñamo.
Algunos suplementos y plantas medicinales pueden potenciar la limpieza del hígado por sus propiedades desintoxicantes y hepatoprotectoras. Es el caso del cardo mariano, una infusión diaria de esta planta basta para regenerar las células del hígado. También se puede consumir su principio activo, la silimarina, en forma de suplemento.
Las bayas de Schisandra chinensis también mejoran el funcionamiento del hígado. Se puede tomar en polvo, en extracto o tintura.
El ácido alfa lipoico, que puede producirlo el propio organismo pero se encuentra en las verduras de hoja verde, protege el hígado de tóxicos y metales pesados. También se puede tomar como suplemento.
Una mezcla de plantas, como el boldo, la artemisa, la menta, el regaliz y el romero se pueden usar para elaborar una tisana digestiva que favorece el metabolismo de las grasas y supone una gran ayuda para el hígado. Se debe comer después de cada comida y cena.
Señales de que tu dieta depurativa está funcionando
. La lengua empieza a recuperar su color rosa. Cuando hay un exceso de tóxicos la lengua se torna blanquecina, con una textura rugosa y mate. A medida que se eliminan desechos, se va recuperando su color natural y su aspecto brillante.
. Piel más tersa y pelo brillante. La acumulación de tóxicos empeora la calidad de la piel y la celulitis, el cabello se torna débil y quebradizo. Con la desintoxicación el pelo recuperará fuerza y la piel, luminosidad.
. El cansancio casi ha desaparecido. La energía se dispara con una dieta depurativa. Si sientes que te quieres comer el mundo, considéralo es muy buena señal.
. La orina se vuelve más clara. Cuando descontrolas con la comida y la bebida, la orina es densa y su color es más intenso. Se va aclarando en la medida que depuras.
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