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SHA Magazine Salud y belleza
El equilibrio emocional no depende únicamente de aprender a gestionar las emociones y el estrés. La razón es que el cuerpo humano funciona como un mecanismo complejo en el que sus diferentes partes están relacionadas e interconectadas. De ahí que solo utilizando un enfoque integrativo podamos lograr el objetivo. Como explica Cinthya Molina, psicóloga de SHA Wellness Clinic, “existe una relación directa y bidireccional entre los planos emocional y físico. De hecho, las enfermedades de la esfera física se proyectan a nivel emocional, y viceversa”.
Además del equilibrio entre nuestras esferas personal, familiar, social y laboral, en la estabilidad emocional influyen diversos factores que debemos tener muy en cuenta, como la alimentación, el ejercicio o la correcta higiene del sueño. Y es que una dieta basada en alimentos ultrapocesados y azúcares refinados puede causar altibajos emocionales y neblina o confusión mental. Por otra parte, llevar una vida sedentaria priva al organismo de todos los beneficios físicos y emocionales de practicar deporte de manera regular. Y todos sabemos cómo nos levantamos cuando no alcanzamos el muy necesario descanso reparador: estamos irritables, sin energía, de mal humor y nos cuesta concentrarnos.
Por tanto, seguir una alimentación sana, equilibrada y rica en frutas y verduras de temporada, hacer ejercicio físico moderado a diario y disfrutar de un descanso reparador todas las noches son elementos esenciales para recuperar la estabilidad emocional. Además, y como nos recuerda Cinthya, “también es muy importante lo tolerantes y resilientes que seamos a los cambios y las adversidades de la vida y los niveles de estrés a los que estemos expuestos”.
Pero claro, una cosa es la teoría, que todos comprendemos, y otra muy distinta poder llevarla a la práctica. Porque el frenético ritmo de vida actual, la inmediatez de las redes sociales, una pandemia que parece que nunca va a terminar o la inestable situación geopolítica mundial son circunstancias que nos alejan, y mucho, del deseado equilibrio emocional. “Esto se traduce en una sintomatología muy diversa que se manifiesta con episodios ansioso-depresivos, estrés crónico, problemas de sueño, apatía, distimia o abulia. Evitar el secuestro emocional que se produce cuando vivimos una situación adversa requiere de un aprendizaje previo en gestión del estrés y una profunda reestructuración cognitiva. Por eso, en SHA, además de planes personalizados de nutrición y ejercicio, recomendamos practicar disciplinas mindfulness y terapias que ayuden a centrarse en el momento presente, favorezcan la relajación y mejoren el funcionamiento del organismo, como la meditación, la respiración consciente, el watsu, la reflexología podal o la osteopatía”.
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