Suscríbete a nuestra newsletter
Reciba novedades y ventajas sobre salud y bienestar.
SHA Magazine Nutrición saludable
El omega-3 puro, filtrado previamente para eliminar las trazas de metales pesados, se ha convertido en el nuevo oro. El DHA, o ácido docosahexaenoico, un ácido graso omega-3 esencial, es muy conocido por sus beneficios para el organismo. Una de las características del DHA radica en la diversidad de sus fuentes. De hecho, puede provenir de tres fuentes diferentes: pescado, algas y omega-3 ALA.
El pescado azul, como el salmón, la caballa, el arenque y las sardinas, son fuentes naturales de DHA. Estos peces acumulan ese ácido al alimentarse de organismos marinos, incluidos algas y krill (plancton), muy ricos en ácidos grasos omega-3. El consumo de pescado graso es la fuente clásica directa de DHA.
Sin embargo, debido a la contaminación marina, los pescados grasos tienen niveles bastante elevados de metales pesados como plomo, mercurio, cadmio, y arsénico. Por esta razón, las autoridades sanitarias recomiendan una ingesta limitada a dos o tres veces por semana. Los aceites extraídos del pescado se tratan para reducir su contenido en metales pesados, según las normas vigentes.
Los aceites de krill (plancton) son una posible alternativa al pescado, pero el uso de ese recurso que está al inicio de la cadena alimentaria puede tener consecuencias para la fauna marina que se alimenta de él, incluidas las ballenas.
En el mercado es fácil encontrar una gran variedad de oferta de distintos suplementos de omega-3. Sin embargo, la concentración y la pureza, dos factores claves que debes conocer a la hora de decidirte por uno, no son los óptimos en todas las opciones del mercado.
Para encontrar un suplemento omega-3 puro y de calidad debes prestar atención a algunas consideraciones. Existe una clasificación entre los distintos suplementos de omega-3 que sirve para diferenciarlos. Por un lado, están los de concentración baja o media, que son los más abundantes en el mercado y tienen un 30% de concentración de EPA y DHA (180mg de EPA y 120mg de DHA por cada 1.000mg de omega-3). En estos casos, las bajas concentraciones no cambian con los tamaños de las cápsulas ni con la cantidad de cápsulas.
Por otra parte, están los de omega-3 de alta gama, cuyas concentraciones van desde el 60% al 95% de EPA y DHA en cada cápsula. Estos son los que tendrán más beneficios, pues sus efectos están demostrados en estudios bien diseñados y avalados por las más altas instituciones de la salud a nivel mundial.
La pureza es el segundo factor fundamental a tener en cuenta. Esto implica que la fuente marina de la cual proviene el aceite omega-3 del suplemento no esté contaminada por metales pesados, dioxinas y PCB. Una manera fiable de escoger un omega-3 puro es comprobar si cuenta con certificaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud) y del CRN (Consejo para la Nutrición Responsable), ambos con altos estándares de seguridad establecidos.
Uno de los sellos más importantes que garantiza que un suplemento de omega-3 está libre de metales pesados es la certificación IFOS, considerada una de las certificaciones más confiables en el mercado.
En resumen, no es lo mismo un omega-3 que otro. Pues hay importantes variaciones en la concentración y la pureza. Debes elegir una opción que tenga altos niveles de EPA y DHA, y que además garantice, a través de una certificación independiente de alta calidad, que la fuente marina de la cual es extraído no está contaminada ni representa un daño para tu salud.
En SHA se recomiendan los suplementos de omega-3 de más alta calidad del mercado, todos disponibles en nuestra SHA Boutique. Además, nuestros expertos podrán recomendar el suplemento de omega-3 que aporte mayores beneficios sin poner en riesgo la salud.
Reciba novedades y ventajas sobre salud y bienestar.