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SHA Magazine Salud y belleza
La experta en la Gestión del Estrés, Conceiçao Espada, desvela cuáles son los efectos que tiene el estrés en nuestra salud y cómo podemos evitar padecer estrés.
El estrés es la capacidad que tiene el ser humano de contestar a las situaciones alarmantes del exterior. Todos padecemos de estrés en algún momento y hasta cierto punto, el estrés es necesario.
Se puede comparar el estrés con el colesterol. Existe el estrés bueno y el estrés malo al igual que existe el colesterol bueno y el malo. El estrés bueno es el que nos permite reaccionar con rapidez a situaciones externas que nos puedan poner en peligro. Nuestro cerebro libera cortisol, la hormona del estrés, para que podamos contestar y resolver la situación amenazante en cuanto antes. Este tipo de estrés es necesario para protegernos de cualquier situación que nos pueda poner en peligro.
Sin embargo, lo que ocurre es que la línea entre el estrés bueno y el malo es muy fina. Cuando una persona está en un estado de estrés permanente, va a padecer estrés crónico. Puede que la persona no se de cuenta de ello, pero el estrés crónico puede afectar tanto a nivel físico, emocional o psicológico. Influye en nuestro descanso, apetito y puede provocar síntomas como dolores de cabeza y de espalda, presión en los hombros y en las cervicales.
El estrés afecta también a nuestra alimentación, ya que cuando una persona sufre de estrés, tiende a comer mal y de forma desordenada. Además, aumenta el deseo de comer dulces, grasas y comidas procesadas. Por otra parte, hay gente que sufre lo contrario; una falta de apetito. Por ello, es importante entender que el estrés está muy conectado con el sistema digestivo y el cerebro.
Todo el mundo puede verse afectado en un momento u otro por el estrés. Cada persona reacciona al estrés de forma distinta, por lo tanto los síntomas difieren entre individuos. Sin embargo, dentro de los síntomas más comunes, destacan:
Una de las principales causas del estrés hoy en día es el estilo de vida ajetreado que vivimos. No dedicamos suficiente tiempo a nosotros mismos, sobrecargamos nuestro cuerpo, no priorizamos el descanso, nos alimentamos mal y vamos deprisa y corriendo de un lado a otro.
Por otro lado, otro factor muy importante que está afectando a nuestra sociedad, son las nuevas tecnologías. Estamos rodeados constantemente de algún tipo de aparato tecnológico que interfiere con nuestro organismo. La luz que desprenden las pantallas de los móviles, por poner un ejemplo, activa la producción de la hormona del apetito, la grelina, e inhibe la producción de la melatonina, la hormona que regula el sueño. Por lo tanto, el uso excesivo de los aparatos tecnológicos afectan negativamente a nuestro descanso. Como bien sabemos, la falta de descanso provoca estrés en nuestro organismo. Por ello, debemos ser más conscientes del uso que invertimos en tecnologías para cuidar nuestra salud.
Consejo: Deja de usar aparatos móviles o portátiles una hora antes de dormir para que no afecte al sueño.
El estrés afecta a todos nuestros órganos. Hay muchas patologías que se desarrollan a raíz del estrés y simplemente con resolver la situación que está causando el estrés, la patología puede ser reversible.
Muchos problemas de salud como la digestión, patologías cardiacas, dolores de cabeza, bloqueos emocionales, falta de descanso son causadas por el estrés crónico. El estrés también nos hace estar irritables, ansiosos e impacientes, aumentando las adicciones del alcohol y el tabaco. Por ello, es importante entender que hay muchas patologías y malestares de salud que son causadas por el estrés.
En definitiva. Cuando el organismo está sometido a altos niveles de estrés, el descanso se puede ver afectado. Está comprobado que el descanso es esencial para una salud óptima y para prevenir el envejecimiento prematuro y el desgaste energético. Si no descansas profundamente, tanto el cerebro como las células se desgastan, causando un envejecimiento prematuro. Por ello, es importante gestionar el estrés para evitar que afecte al descanso, y por lo tanto, al envejecimiento biológico.
Según mi criterio, aprender a gestionar el estrés es fundamental para la salud. El estrés para mí es como un paraguas. Los paraguas tienen varillas y cada varilla está conectada con las áreas de nuestra vida: la salud, el trabajo, las relaciones personales, la alimentación y hasta cómo encaramos las situaciones, ya sea de forma positiva o negativa. Si tienes un paraguas con una varilla que está rota, el paraguas deja de funcionar. Lo mismo ocurre en nuestra vida, cuando un pilar importante falla, todo los demás ámbitos se ven afectados.
Por ello, es importante gestionar nuestros pensamientos y actitud para estar más equilibrados y saludables. Si vivimos de forma positiva y tranquila, tomaremos decisiones sin presión y con consciencia. Por lo contrario, si estamos bajo estrés, actuamos de forma automática, sin pensar en las consecuencias nocivas para la salud. La clave está en encontrar el equilibrio entre los tres pilares más importantes de la salud: la salud física, mental y emocional.
La primera clave es aceptar que tienes estrés. Hay mucha gente que está estresada y no logra admitirlo. Otras personas tienen mucho estrés y piensan que sin estrés no pueden funcionar ya que confunden el estrés con la motivación, y son cosas completamente distintas. Podemos estar motivados y no necesitar estar en tensión. Son conceptos que debemos saber distinguir.
Por ello, tenemos que saber reconocer si tenemos estrés a través de los síntomas que se manifiestan en nuestro cuerpo, como la falta de descanso, irritabilidad, ansiedad, cambios en el apetito– ya sea un aumento o una disminución-, dolores de cabeza crónicos o dolores de espalda. La primera clave está en reconocer que algo no funciona bien.
Cuando has asumido que tienes estrés, es importante intentar identificar cuál es el origen e intentar gestionarlo. La causa del estrés es distinta para cada persona, puede ser laboral, por circunstancias personales o una forma de reaccionar ante situaciones que nos generan tensión. Ciertas circunstancias serán inevitables, sin embargo, cambiando nuestra actitud hacia ellas, podemos gestionar el estrés mucho mejor.
En cuanto se haya identificado la raíz del problema, la segunda clave es empezar con pequeños ejercicios que nos pueden ayudar a gestionar el estrés en el día a día para evitar que se vuelva crónico.
Algunas técnicas eficaces para gestionar el estrés son:
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