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El otoño ya ha comenzado y con él los temidos resfriados y gripes. Una pregunta recurrente en esta época es cómo mejorar el sistema inmunitario. La realidad es que no podemos hacer que funcione más, pero sí podemos crear condiciones de equilibrio en las que pueda desempeñar sus funciones sin trabas. Para ello os proponemos algunos consejos:
Equilibra el peso corporal dentro del margen de lo saludable, pues una variación inferior o superior a lo adecuado dificulta la eficacia del sistema inmunitario
Mantén las vías respiratorias y el intestino grueso limpios y activos. Para ello debes consumir muchas hojas verdes, pero no simplemente lechuga, sino las más frecuentes en otoño e invierno, tales como berros, y las hojas de las coles, del brócoli, coles de Bruselas o de las coliflores. También podemos incrementar el consumo de mostaza a la antigua ecológica, ya que contribuye a activar tanto los pulmones como el intestino grueso.
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano, con función respiratoria y de limpieza. Para facilitar estos dos procesos podemos hacernos friegas corporales diarias con un paño de algodón sumergido en agua bien caliente y luego muy escurrido. Debemos ir sumergiéndolo en el agua cada vez que notemos que el paño ha perdido la temperatura. Esto no sólo es un excelente ritual de belleza para mantener la piel perfecta, ya que se estimula la microcirculación, sino también contribuye a activar el sistema linfático, especialmente cuando realizamos las friegas en zonas donde los ganglios linfáticos se encuentran más en superficie.
Seguro que es evidente, pero no está de más recordarlo: evita el consumo de tóxicos tales como tabaco, alcohol, café, refrescos y abuso de medicación. Si el objetivo es protegernos de microbios patógenos, qué sentido tiene convertirnos en un vertedero y poner trabas a los glóbulos blancos.
Aunque, sin lugar dudas, una de las mejores formas, más efectivas y más divertidas de mantener el sistema inmunitario libre de sustancias que dificulten su actividad es el ejercicio físico, particularmente si se realiza al aire libre. Paseos diarios de intensidad elevada, con una duración tal que nos permita comenzar a sudar.
Por otro lado, pese a vivir en sociedades desarrolladas con un amplio abanico de posibilidades a la hora de elegir nuestros alimentos, cada vez son más frecuentes los casos de malnutrición, especialmente si hablamos de micronutrientes: hierro, zinc, cobre, selenio, ácido fólico, vitaminas E, A, B6, C. En el caso de que, tras una analítica descubramos que ese es nuestro caso, quizá porque no seguimos una alimentación adecuada, o la elección de los alimentos no incluye suficientes verduras, en un periodo de transición a una dieta más adecuada, podemos incrementar el consumo de algas. Una hoja de alga nori tostada, a diario, no sólo nos aportará multitud de minerales, también está deliciosa. Es conveniente incluirla en nuestra dieta si hacemos deporte, ya que con el sudor nos desmineralizamos.
En cualquier caso, si notas que te estás resfriando y has sentido escalofríos, lo mejor es tomar un buen baño de agua caliente con sal marina o sales de epsom. Después de unos veinte minutos sécate bien y prepárate para disfrutar de una buena sopa de miso, bien caliente y con muchas verduras. Este es nuestro plato estrella para facilitar el trabajo al sistema inmunitario.
¡Además, aquí puedes encontrar sanas y deliciosas recetas para cuidarte!
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