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SHA Magazine Salud y belleza
Dejar de fumar va mucho más allá de apelar a la fuerza de voluntad. Consciente de la dificultad que supone a todos los niveles, el método SHA apuesta por un programa antitabaco que de forma integrativa actúe además a nivel cognitivo y conductual. Porque los beneficios redundarán en un extraordinario impacto en la calidad y esperanza de vida.
“La terapia antitabaco que emplea el SHA es la terapia cognitiva-conductual, en combinación con técnicas de relajación como mindfulness”, explica la Dra. Laura Enciso, psicóloga de SHA Wellness Clinic.
Este tratamiento consiste en desarrollar estrategias destinadas a aumentar el control de que la persona tiene sobre sí misma. Se trata de focalizarse en los problemas actuales y establecer objetivos realistas y a la vez consensuados con las personas que deseen abandonar el hábito.
“La efectividad depende de lo preparado mentalmente que venga quien desea dejar de fumar. Cuando la mentalización es total, prácticamente todos consiguen no fumar durante la semana que dura el programa”, asegura el Dr. Vicente Mera, responsable de la unidad de Medicina Interna de SHA Wellness Clinic.
Un proceso minucioso: de los objetivos a la puesta en acción
Efectivamente, el tratamiento antitabaco comienza incluso antes de la observación personal. Parte de la voluntad de cada uno. Pero eso es solo el comienzo.
El proceso inicial continúa con los siguientes pasos:
“Se trata de un enfoque flexible que se adapta a las necesidades individuales de cada paciente teniendo en cuenta su historia personal. Hacemos una terapia de transformación de hábitos y nuevas conductas”, detalla la Dra. Laura Enciso.
La importancia de un tratamiento personalizado
Es casi imposible garantizar la efectividad de una terapia antitabaco si no se realiza un minucioso examen personal del individuo. Conocer cuáles son sus dificultades, motivaciones y posibilidades de llevar a cabo la tarea de deshabituación.
Se deben contemplar múltiples causas: desde antecedentes hasta estilo de vida, desde su entorno familiar hasta condicionantes físicos y psicológicos. Solo conociendo a la persona se podrá ayudar a abandonar el hábito.
Las bases del método SHA para dejar de fumar podrían resumirse en el siguiente decálogo:
La necesidad de un seguimiento para evitar recaídas
Las recaídas son la principal amenaza una vez se completa el programa antitabaco. Por eso, es fundamental realizar un seguimiento de la persona que ha abandona el hábito y que éste incorpore nuevos hábitos saludables en su día a día.
“La prevención de recaídas debe focalizarse en aspectos positivos y planificar el programa de entrenamiento en base a las habilidades específicas de cada paciente, además de prever las situaciones de alto riesgo que el paciente puede intuir o imaginar. Se debe dotar al paciente de estrategias de afrontamiento de las situaciones de mayor riesgo”, señala la Dra. Laura Enciso.
Este proceso de prevención de recaídas se podría plantear en tres áreas diferentes:
“Con posterioridad al tratamiento, solo uno de cada 20 recae el primer año. Una vez pasado el primer año, las tasas de recaídas son insignificantes”, afirma el Dr. Vicente Mera.
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