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SHA Magazine Bienestar y descanso

Ejercicios de meditación para dejar de fumar

SHA Wellness Clinic
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30 de septiembre de 2015

El día a día, la cotidianidad, las responsabilidades, apenas dejan espacio para uno mismo. Poco a poco nos vamos llenando de tensiones tanto físicas como mentales a las que les buscamos válvulas de escape express, que terminan por convertirse en conductas, muchas veces mecánicas, que a la larga nos perjudican.

Cuando hacemos las cosas de manera automática, no hay mucha consciencia del acto en sí. La práctica de la atención es una herramienta de salud, a través de ella se van a ir haciendo presentes nuestros actos mecánicos. La conciencia del acto es la que afloja el automatismo.

A continuación te propongo un par de sencillos ejercicios de meditación para dejar de fumar con los que aprenderás a fijarte en tus propios actos mecánicos y modificarlos poco a poco.

Ejercicio 1 – Atención en el acto de coger un cigarrillo.

 

Observa tus sensaciones y movimientos corporales, qué le sucede a tu respiración, al latido del corazón… Y ahora lleva tu atención a los movimientos mentales.

Ve poniendo conciencia a tus actos. Si rechazamos las cosas no podemos observarlas. Conocer la naturaleza de las cosas es importante para poder cambiarlas. Es un trabajo de aceptación, ya que con la negación lo único que se consigue es rechazar el objeto negado.

La meditación es un ejercicio de atención. Fíjate cuando echas el humo de un cigarrillo, ¿no parece que quisieras expulsar algo más? Como si a través del humo intentaras deshacerte de la tensión. Observa cuando coges un cigarrillo y te lo llevas a la boca, en el acto de inhalar una calada de humo es como si quisieras llenar algo, algo que está aparentemente vacío. A veces el acto de coger un cigarrillo es como el de coger un chupete. Pregúntate: ¿Qué estoy saciando con el cigarrillo? ¿qué estoy calmando?

A través de la práctica de la meditación y la práctica de la atención vamos a ir tomando contacto con el cuerpo y la mente. Con las sensaciones corporales, con las tensiones y límites físicos. Vamos a ver cómo nuestra mente va a ir de un sitio a otro y dependiendo de dónde se vaya, provoca diferentes estados de ánimo y afecta a nuestro cuerpo.

Debemos observar la manera en que nuestra mente se pelea con el cuerpo y nuestra voluntad lucha contra algún deseo corporal. La práctica de la meditación nos va a permitir focalizar nuestra atención y con ello calmar la mente y el cuerpo.

 

Ejercicio 2 – Toma tiempo para sentarte y buscar tu verticalidad

 

Esta vez concéntrate en observar la sensación de tus hombros. Si están tensos déjalos relajados, deja que tus brazos y manos reposen sobre las piernas.

Percibe la sensación de tu rostro. Si está tensionado, en la medida de lo posible relájalo. Libera la tensión de tu rostro y cierra los ojos.

Poco a poco ve llevando la atención a la respiración, en el aire que entra por la nariz y mueve el pecho, el estomago, las costillas… La manera en que el aire sale por la nariz y mueve tu pecho, el estomago, diafragma, etc. Respiración tras respiración, percibiendo ese movimiento físico, esa sensación.

La mente no se está quieta. Esto simplemente es un ejercicio de atención. Cuando pierdas la percepción del movimiento respiratorio, observa dónde se ha marchado tu mente, dónde estás y vuelve de nuevo a la respiración.

Se trata de trabajar tu atención. Que tu atención esté donde tú decidas que esté y aceptarlo. Ten en cuenta cuántas veces pierdes ese contacto para volver de nuevo a él.

Con la práctica de la atención, iremos viendo como la mente se va calmando, relajando, dejando espacio para la calma y sosiego, esta calma nos va a permitir ir viendo con más claridad, con más conciencia.

 

Querer dejar un hábito que perjudica es un acto de amor y también de valentía.

 

¡Ánimo valiente!

 

 

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