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El Futuro está en tus Manos: Inmunosenescencia Regenerativa

SHA Wellness Clinic
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19 de noviembre de 2019

Es un hecho que todos envejecemos. Y la explicación científica se halla en la inmunosenescencia, el estado de deterioro o desregulación de nuestro sistema inmunológico que contribuye a la mayor susceptibilidad, especialmente de los ancianos a infecciones, a desarrollar enfermedades autoinmunes e incluso cáncer. “Pero la salud y adecuado funcionamiento de nuestro sistema se puede mantener e incluso mejorar”, advierte el Dr. Oscar Mayorga, nuestro responsable de la Unidad de Medicina Regenerativa. La regeneración celular debe de ser la base de cualquier programa antiaging.

El sistema inmune sufre alteraciones asociadas con la edad que se acumulan para producir un deterioro progresivo en la capacidad de responder a las infecciones y hacer frente a los reveses del tiempo que erosionan nuestro organismo. La inmunosenescencia, definida como los cambios en el sistema inmune asociados con la edad, nunca fue un problema cuando el promedio de vida humana era de aproximadamente 40 años. Sin embargo, en los últimos 150 años, los avances en ciencias médicas y nutrición han derivado en un aumento drástico en la esperanza de vida hasta llegar a los 80 años en las civilizaciones más avanzadas. Algo sin precedentes.

A principios del siglo XX, las tres primeras causas de muerte eran por enfermedades infecciosas. A comienzos del siglo XXI son por las denominadas enfermedades crónicas no transmisibles, las enfermedades relacionadas con el proceso de envejecimiento. En resumen: un sistema inmune que fue diseñado para funcionar durante aproximadamente 40 años ahora tiene que prepararse para continuar siendo efectivo durante otras cuatro décadas.

Inmunidad innata e inmunidad adquirida

La respuesta del sistema inmunológico se puede dividir en dos tipos o componentes que son interactivos y complementarios. El primero es la inmunidad innata, que tiene que ver con las barreras naturales de los tejidos como la piel, las mucosas y las diferentes células, entre otras. Nacemos con ella y es la forma que tiene nuestro organismo de detectar y defenderse contra bacterias y agresores. El segundo tipo es la inmunidad adquirida, la que “aprende” con el paso del tiempo la mejor forma de atacar a cada antígeno y comienza a desarrollar una memoria respecto a los agresores.

El punto central de nuestra existencia ya no está sólo en vivir más, una meta que la ciencia ha convertido en constatable, sino en vivir mejor. Es decir: estar sanos, procurar que nuestro organismo ofrezca respuesta a las agresiones. En definitiva: regenerar. Entendiendo y combatiendo el envejecimiento también se lucha contra el cáncer y las demás enfermedades de mayor incidencia en el mundo desarrollado.

Medicina regenerativa

La medicina regenerativa tiene el potencial de sanar o reemplazar tejidos y órganos dañados por la edad, enfermedad o trauma, así como también para normalizar defectos congénitos. La evidencia científica respalda la posibilidad de tratar tanto enfermedades crónicas como lesiones agudas. La respuesta de curación innata del cuerpo también puede aprovecharse para promover la regeneración.

“La salud y el adecuado funcionamiento de todo este sistema se puede mantener y mejorar. Primero, con un buen diagnóstico, para lo cual en SHA contamos con analíticas especializadas de telómeros, perfiles linfocitarios y tests de senescencia. Éstos últimos, además, nos muestran el nivel de células nativas -también llamadas células madre- y de células senescentes que pierden la capacidad de dividirse y que se encuentran en el envejecimiento, pero también como respuesta a los procesos cancerosos”, relata el Dr. Mayorga.

Una vez hecho el diagnóstico, comienza la terapia. “Podemos realizar tratamientos regeneradores y antiaging como terapias de detoxificación y tratamientos de regeneración celular complementados con nuestra alimentación antioxidante e inmunoestimulante” , añade el Dr. Mayorga.

Envejecer más y mejor

El futuro ya está aquí. Envejecer bien (mejor) pasa entre otras cosas por el “rejuvenecimiento” a nivel celular basado en un estilo de vida más saludable. Esto tiene un gran valor en el tratamiento de múltiples dolencias relacionadas con el envejecimiento como pueden ser la pérdida de cabello, arrugas, deshidratación de la piel, agotamiento físico e intelectual, inmunosenescencia, inflamación celular y otras.

Un buen programa antiaging, como el que ofrecemos en SHA, permite enormes mejoras en el aspecto y en el bienestar de nuestro organismo. Cualquiera de las enfermedades asociadas a la edad se gesta durante el transcurso de los años como consecuencia de una combinación de la genética y nuestra relación con el medio ambiente. Lo más frecuente es que la combinación de varios factores causales no muy potentes desencadene la patología. El abordaje de un plan antiaging debe ser integral: nutrición, ejercicio, sueño y, en general, mejora de nuestros hábitos de vida en combinación con los avances científicos de última generación.

Nuestro programa cuyo objetivo es optimizar la salud y retrasar los efectos del envejecimiento a través del diagnóstico de la edad biológica del paciente con respecto a su edad cronológica se adapta a las necesidades de cada paciente desde un enfoque multidisciplinar que incluyen genética, gestión hormonal, nutrición y “fitness”.

Este programa aglutina una serie de consultas con diversos médicos especialistas de diferentes áreas: medicina genética y preventiva, terapia de reemplazo con hormonas bioidénticas (TRHB), medicina regenerativa, medicina revitalizante, desarrollo cognitivo, tratamiento del sueño, nutrición saludable reeducación de hábitos de estilo de vida y la medicina estética y salud capilar.

El objetivo ya no es sólo vivir más y de manera más saludable. Esto en SHA ya es posible.

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