El perfil genético, clave para combatir la obesidad

Los genes juegan un papel fundamental en el estado de salud general y su influencia es determinante para ayudarnos a alcanzar y mantener en el tiempo nuestro peso óptimo

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, hay más de 1.900 millones de adultos con obesidad o sobrepeso en el mundo, cifra que ha aumentado en todos los grupos de edad y que se estima que seguirá creciendo durante la próxima década. De ahí que la obesidad sea considerada como la verdadera pandemia del siglo XXI. Y los datos en España no son más esperanzadores: la prevalencia del sobrepeso de la población adulta española se sitúa en el 39 % y la de la obesidad, en el 15,5 %.

La obesidad es una enfermedad compleja en la que interactúan múltiples factores, como la nutrición, el ejercicio físico o las emociones. Pero no solemos prestarle atención a uno de los más importantes: el perfil genético. Porque, aunque es imposible modificar los genes, lo que sí podemos cambiar es su influencia sobre nuestra salud. Como nos cuenta Vicente Mera, responsable de la Unidad de Medicina Genómica y Envejecimiento Saludable de SHA Wellness Clinic, “todos los individuos de una misma especie son muy parecidos, pero tienen ligeras variaciones genéticas que los hacen diferentes. Esto se debe al polimorfismo (SNP, por sus siglas en inglés), que son pequeñas variantes de nuestra actividad genética que determinan, por ejemplo, el color de los ojos o del cabello. Estos polimorfismos también se dan en el funcionamiento de los órganos, la absorción de los alimentos o la regulación del apetito. Por eso, una persona puede ingerir una cantidad de alimentos concreta sin que afecte a su peso, mientras que otra, con la misma ración de la misma comida, sí engorda. Porque una cosa es comer y otra muy distinta, absorber la comida”.

El test genómico OBESgenes identifica estas pequeñas diferencias, lo que permite adaptar los tratamientos y recomendaciones para perder peso al perfil genético de cada huésped, maximizando los resultados y mejorando los casos de éxito entre un 20 y un 30 %. El doctor nos explica en qué consiste: “En SHA desarrollamos un panel genético muy completo donde estudiamos tres grandes grupos de genes relacionados con la alimentación, el ejercicio físico y las emociones, factores todos ellos que influyen directamente en la obesidad y el sobrepeso. Y es que no todos tenemos el mismo consumo energético, ni respondemos igual ante los diferentes tipos de ejercicio físico ni tenemos el mismo metabolismo. Por eso, sustancias como el alcohol o la cafeína no nos afectan a todos por igual. El estudio de los genes nos dice cuál es la situación real y, a partir de ahí, ajustamos el tratamiento para hacerlo mucho más efectivo. Por ejemplo, si una persona quema mal las grasas, hay que suprimirlas de su dieta, pero si metaboliza bien los hidratos de carbono, puede comerlos sin problema. Lo mismo sucede con el ejercicio físico: al conocer el tipo de fibras musculares podemos personalizar la rutina deportiva, potenciando así sus beneficios. El tercer grupo de genes que estudiamos tiene que ver con las emociones, que están genéticamente determinadas. De esta manera sabemos quién es más propenso a sufrir depresión o ansiedad. Además, las emociones están muy relacionadas con la comida, de ahí que una dieta saludable no solo favorezca la pérdida de peso, sino que también puede hacernos más felices”.

Para realizar el test solo se necesita un análisis de sangre y los resultados tardan aproximadamente una semana. Y, aunque es cierto que es una prueba cara, solamente hay que hacerla una vez en la vida, por lo que en realidad es una inversión en salud. Una vez que se tiene el perfil genético, los expertos de SHA diseñan un plan totalmente personalizado que incluye recomendaciones de estilo de vida, alimentación, suplementos nutricionales cuando sean necesarios y, muy excepcionalmente, medicamentos.