Equilibrio trabajo y vida personal: consejos prácticos para una vida armoniosa

La difuminación de los límites entre la vida laboral y la personal, entre el tiempo de trabajo y el de descanso, entre el ocio y el negocio es una de las características de la vida moderna, dominada por una tecnología intrusiva y adictiva, que facilita el trabajo pero nunca le pone fin. Podemos trabajar desde cualquier lugar y en cualquier huso horario y, en teoría, siempre estamos disponibles, y somos fáciles de encontrar, incluso de geolocalizar.

Volver a reequilibrar nuestros tiempos y proteger nuestras horas de descanso es esencial para cuidar la salud mental y la satisfacción vital. La búsqueda de una vida armoniosa implica la capacidad de gestionar las demandas laborales sin comprometer el tiempo y la energía dedicados a la vida personal.

Lo primero que habría que hacer es establecer límites claros entre la vida personal y laboral. Algo tan sencillo como poner en la firma del email los horarios en los que se contestan los correos es una estrategia eficaz para gestionar las expectativas de quien pueda estar esperando una respuesta inmediata. Establece horarios de trabajo específicos y respétalos. Delimita el tiempo dedicado a las actividades laborales y reserva momentos exclusivos y tiempo de calidad para la familia, los amigos y las actividades personales.

Todo no es igual de urgente ni igual de importante. Esto hay que grabárselo a fuego en el cerebro y aprender a priorizar. Algunas cosas no podrán esperar pero otras muchas sí. Establece un orden, enfócate en lo esencial y no te dejes abrumar por una lista interminable de cosas “para ayer”. Aprende a decir que no y organiza tu trabajo de acuerdo a la prioridad real de las tareas.

No eres imprescindible, así que aprende a delegar responsabilidades en el trabajo y en casa. No caigas en la trampa del perfeccionismo y aprende que lo perfecto es enemigo de lo posible. Si alguien comparte contigo las responsabilidades no solo se aliviará tu carga mental, sino que también brindarás oportunidades para que otros asuman roles importantes.

Desconectar de la tecnología es imprescindible para liberarnos de esa sensación de urgencia construida artificialmente por los algoritmos. Establece momentos específicos para desconectarte digitalmente, y evita revisar correos electrónicos y mensajes fuera del horario laboral. No solo reducirás el estrés, sino que también podrás disfrutar plenamente de tu tiempo personal. Ese tiempo lo habrás reservado previamente para ti, para practicar las actividades que te traigan alegría y relajación. Ya sean deportes, leer un libro o disfrutar de la naturaleza, dedicar tiempo de calidad a tus pasiones personales es esencial para mantener el equilibrio.

“No” es una palabra corta pero muy importante. Aprender a decirla es una manera asertiva de recuperar el control sobre tu tiempo y de ser realista, pues reconoces tus límites y evitas aceptar responsabilidades adicionales, al tiempo que pones cotos a las expectativas de los demás. Fomentar la claridad y la comunicación abierta tanto con tus superiores como con tus subordinados te ayudará a evitar malentendidos.

Por último, establece rutinas saludables para cuidar tu bienestar físico y mental. Practica ejercicio, cuida la alimentación, descansa y duerme las horas necesarias. Nadie quiere trabajar con un workaholic. Eso ya es muy del siglo XX. Ahora se llevan las personas equilibradas con una buena carrera profesional, pero una mucho mejor y más rica vida personal.