¿Hay ahora más enfermedades autoinmunes que antes?

El término “enfermedad autoinmune” se ha popularizado en los últimos años. Pareciera que cualquier patología estuviese relacionada con ese diagnóstico, desde la celiaquía hasta la psoriasis, o incluso las intolerancias alimentarias. Al menos así se refleja actualmente en Google y las redes sociales. Sin embargo, la realidad médica suele ser más compleja. Hablamos con la doctora Mariel Silva, experta en Medicina Integrativa, Antienvejecimiento y Salud Digestiva de SHA Wellness Clinic para buscar la definición más aceptada de enfermedad autoinmune.

Estas enfermedades, explica la doctora Silva, son una especie de ataque erróneo que el organismo comete contra sí mismo. “Las enfermedades autoinmunes son trastornos en los que el sistema inmunológico ataca por error a sus propios tejidos y células, en lugar de protegerlos contra invasores externos como las bacterias y los virus”.

¿Ha cambiado mucho la definición de enfermedad autoinmune a lo largo de los años?

Sí, en el pasado, estas enfermedades eran mal comprendidas. Frecuentemente no se reconocían como entidades médicas separadas y se creía erróneamente que sus causas eran desconocidas, o incluso que tenían un origen psicológico. Los tratamientos eran limitados y se centraban en aliviar los síntomas en lugar de abordar las causas. Con el avance de la investigación médica se ha logrado una mayor comprensión de las bases genéticas e inmunológicas de estas enfermedades. También se han identificado nuevas enfermedades autoinmunes, y se han desarrollado biomarcadores que han mejorado su diagnóstico y tratamiento. Aunque sigue habiendo desafíos, la definición y clasificación de las enfermedades autoinmunes ha evolucionado, y ahora reflejan una comprensión mucho más precisa y detallada de estos trastornos.

¿Por qué es tan difícil tratar una enfermedad autoinmune?

Tenemos que pensar en la complejidad del sistema inmunológico, que con estas patologías queda desregulado, por ello entender los mecanismos subyacentes a estas enfermedades es un auténtico desafío. Además, suele haber mucha variabilidad en los síntomas, y casi nunca hay una causa única detrás de la enfermedad. Todo eso dificulta conseguir un diagnóstico temprano y preciso.

Por otra parte, muchos tratamientos para las enfermedades autoinmunes implican suprimir la actividad del sistema inmunológico, esto hace a los pacientes más susceptibles a las infecciones y a los efectos secundarios de los fármacos. Además, no todos los pacientes responden igual a los tratamientos, lo que requiere buscar siempre un enfoque individualizado.

¿Cuáles son las enfermedades autoinmunes más conocidas?

El lupus eritematoso sistémico, la tiroiditis de Hashimoto, la artritis reumatoide, la enfermedad de Crohn, la celiaquía, la diabetes tipo 1 y la esclerosis múltiple.

¿Qué enfermedades se sospechan que puedan ser autoinmunes, aunque aún no esté del todo demostrado?

Algunas enfermedades aún están en estudio, entre ellas la Fibromialgia y el Síndrome de fatiga crónica. Aunque, insisto, no está completamente demostrado su origen autoinmune.

¿El estilo de vida occidental tiene algún impacto en el aumento de la incidencia de estas patologías?

Sí, puede influir de varias maneras. La falta de actividad física, el estrés crónico y la exposición a sustancias químicas ambientales son elementos del estilo de vida occidental que pueden contribuir a la inflamación crónica y al desencadenamiento o la exacerbación de enfermedades autoinmunes. Específicamente, el estrés crónico puede tener un impacto negativo en la función inmunológica. Uno de los factores cruciales es la dieta, que en Occidente suele ser rica en grasas saturadas, azúcares refinados y alimentos procesados. Este tipo de dieta se ha relacionado con la disbiosis intestinal, y una disbiosis crónica puede conllevar a una enfermedad autoimnume.

¿Y qué es la disbiosis intestinal?

Es un desequilibrio de la microbiota que puede desencadenar una respuesta inflamatoria crónica en el intestino, esto provoca, además, respuestas inmunitarias inapropiadas. Esta situación de inflamación crónica puede afectar negativamente la regulación inmunológica. Además, un desequilibrio en la microbiota aumenta la permeabilidad del revestimiento intestinal, y permite que sustancias no deseadas ingresen al torrente sanguíneo. Todo esto activa el sistema inmunológico de manera inapropiada, contribuyendo al desarrollo de enfermedades autoinmunes.

¿Hay algún modo eficaz de prevenir estas enfermedades?

Aspirar a la total prevención de las patologías autoinmunes puede ser demasiado ambicioso, pues están involucrados factores genéticos, ambientales y del estilo de vida. Sin embargo, se pueden tomar algunas medidas para reducir su riesgo o para retrasar su aparición.

Es fundamental llevar un estilo de vida saludable, seguir una dieta equilibrada rica en frutas, verduras y alimentos con propiedades antiinflamatorias, y que no incluya alimentos procesados, hay que mantenerse físicamente activo, aprender a gestionar el estrés y evitar la exposición a toxinas ambientales. Por último, evitar el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.

Una buena salud intestinal es crucial para la regulación inmunológica, por lo que consumir alimentos ricos en fibra y probióticos puede ayudar a mantener un equilibrio saludable en la microbiota. El control adecuado de infecciones virales y bacterianas también es importante para prevenir las enfermedades autoinmunes asociadas con infecciones. En el caso de personas con antecedentes familiares de enfermedades autoinmunes, el monitoreo y el diagnóstico temprano son esenciales, pues identificar y tratar afecciones autoinmunes en sus primeras etapas puede ayudar a prevenir complicaciones graves.

¿Qué tratamientos son más eficaces para estas patologías?

Este es un campo diverso y complejo que implica una variedad de enfoques terapéuticos. La elección del tratamiento dependerá́ de la enfermedad y del órgano que esté principalmente afectado. Por ejemplo, el tratamiento para la diabetes tipo 1 es diferente del de la enfermedad de Crohn.

Para la diabetes tipo 1, se requiere una terapia de reemplazo de insulina, pues el sistema inmunológico ataca a las células productoras de insulina en el páncreas. Para otras patologías autoinmunes como la enfermedad de Crohn, se pueden utilizar medicamentos inmunosupresores, terapias biológicas o cambios en la dieta para controlar la inflamación y los síntomas intestinales.

La acupuntura, la fisioterapia y la meditación pueden desempeñar un papel importante en el manejo de las enfermedades autoinmunes, pues ayudan a controlar los síntomas y reducen el estrés. En estas enfermedades son cruciales los cambios en el estilo de vida como llevar una dieta equilibrada rica en alimentos antiinflamatorios, hacer ejercicio regularmente, gestionar el estrés y evitar la exposición a toxinas ambientales.