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SHA Magazine Nutrición saludable
Uno de cada seis adultos podría tener un problema de infertilidad a lo largo de su vida, según estima un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS). De acuerdo con las nuevas estimaciones, la prevalencia de la infertilidad varía poco de una región a otra y las tasas son similares en los países de ingresos altos, medianos y bajos. Lo cual demuestra que se trata de un problema transversal de salud pública que afecta a todos los países.
“La infertilidad es un problema cada vez mayor que afecta a las parejas que intentan quedar embarazadas. Un creciente conjunto de pruebas apunta a un vínculo entre la dieta y la fertilidad. La alimentación es un pilar fundamental para abordar los problemas de fertilidad, al igual que la actividad física (especialmente el entrenamiento de fuerza), una buena gestión del estrés, y el manejo del descanso”, opina Marina Domene, nutricionista de SHA.
“Los datos muestran que una dieta rica en grasas trans, carbohidratos refinados y azúcares añadidos puede afectar negativamente a la fertilidad. Por el contrario, una alimentación antiinflamatoria basada en un patrón de dieta mediterránea donde se priorice el consumo de grasas saludables poliinsaturadas, verduras, frutas, proteínas de origen vegetal como las legumbres, además de proteína animal como el pescado pequeño, reduciendo al máximo posible las carnes rojas, tiene un impacto positivo en la fertilidad”, explica la experta en nutrición.
La salud intestinal y la microbiota también entran a jugar su papel en la infertilidad. Domene apunta que “una dieta poco saludable puede alterar la composición de la microbiota y cada vez se dispone de mayor evidencia científica que demuestra que las personas con una disbiosis intestinal tienen mayores problemas de infertilidad”.
El Método SHA pone la nutrición en el centro de los tratamientos, también en los que buscan mejorar las tasas de fertilidad en la pareja. Marina Domene explica que los patrones de nutrición que se recomiendan a los huéspedes de SHA pueden ser grandes aliados en este proceso. “Un patrón de alimentación mediterráneo, basado en el consumo de productos frescos y de temporada, con una base compuesta por verduras y frutas, principalmente de hoja verde para tener un buen aporte de vitamina B9 y frutas como el kiwi, los frutos rojos y los cítricos, que son excelentes fuentes de antioxidantes, podría mejorar los problemas de infertilidad, ya que ayudaría a reducir los radicales libres”.
La nutricionista de SHA opina que para mejorar la fertilidad conviene añadir a la diete fuentes de proteínas vegetales como las legumbres, y la soja fermentada. En diferentes estudios se ha encontrado que algunos de los nutrientes que contiene la soja fermentada como el fosfato de inositol (ácido fítico) han mostrado mejorar la calidad y cantidad de los ovocitos y espermatozoides y, por tanto, mejorar las tasas de embarazo.
Los pescados de pequeño tamaño como las sardinas, boquerones, anchoas, caballa etc., son excelentes fuentes de ácidos grasos omega 3. “Está más que demostrado que un correcto aporte de este nutriente está asociado a una buena salud hormonal. Los frutos secos y las semillas (semillas de sésamo, tiene una alta correlación con la mejora de los problemas de fertilidad) también son excelentes fuentes de omega 3. El uso del aceite de oliva virgen extra en nuestra cocina es además clave para la mejora de estos problemas”, indica Domene.
Fuera del patrón de la dieta mediterránea hay otros alimentos que también resultan beneficiosos, entre ellos serían el miso, el kuzu, el umeboshi y las algas. “Estos ingredientes son más propios de las dietas asiáticas, pero cuentan con un gran respaldo científico sobre su capacidad de mejorar la salud hormonal y reproductiva”, explica Domene. Los condimentos y especias como la cúrcuma, el ajo, el jengibre, el cilantro y el perejil, también cuentan con evidencia científica de mejorar ese estado inflamatorio y, por tanto, los problemas de fertilidad.
“Consumir tés o infusiones, por ejemplo, el té Kukicha, que es un tipo de té verde, los alimentos fermentados como el chucrut y los encurtidos mejoran nuestra microbiota intestinal y nos ayudan a elevar la producción de hormonas encargadas de la reproducción”, explica la nutricionista.
En su opinión, se debe evitar “el típico patrón de Dieta Occidental donde hay un elevado consumo de productos ultraprocesados, azucares refinados, grasas trans, sal, y aditivos que directamente producen problemas de salud, e inflamación de bajo grado, resistencia a la insulina y, por tanto, mayores problemas de fertilidad.” También se recomienda reducir el consumo de productos lácteos y carnes en general.
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