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La clave de las ‘blue zones’: compartir microbiota favorece la longevidad

SHA Wellness Clinic
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28 de diciembre de 2023

En el mundo existen cinco blue zones o zonas azules: Okinawa (Japón), Nuoro y Ogliastra (Cerdeña, Italia), Icaria (Grecia), península de Nicoya (Costa Rica) y Loma Linda (California, Estados Unidos)—, y se cree que en esos cinco lugares las personas viven más años.

Desde hace varias décadas se estudia su modo de vida, su régimen de alimentación y su gasto calórico para determinar qué determina que sus vidas sean más largas y transcurran hasta el final sin apenas sufrir enfermedades.

“La familia, las profundas relaciones sociales, la ausencia de tabaquismo, las dietas basadas en plantas, la práctica constante de actividad física moderada y el consumo de legumbres” son características comunes que comparten todos los individuos que habitan las blue zones”, señala el Dr. Vicente Mera, responsable de la unidad de Well-ageing de SHA Wellness Clinic.

Un punto común que se ha encontrado en todas estas comunidades es un alto grado de interacción social que mantiene a sus miembros activos y con buena autoestima, pero no solo los beneficia por esas razones, recientemente se ha descubierto que la intensa vida social supone compartir algunas bacterias que enriquecen sus microbiotas y al parecer, favorecen la longevidad.

“En Loma Linda (California) las comunidades son adventistas del séptimo día, rezan en comunidad, y rezar tiene beneficios neurológicos equivalentes a meditar, el cerebro se queda en blanco y descansa. Esa vida en común supone compartir virus y bacterias de la microbiota, específicamente la bacteria Akkermansia muciniphila, que se ha relacionado en varias investigaciones con la longevidad”, explica el Dr. Mera.

En esta bacteria intestinal parece estar el secreto de la longevidad de las personas centenarias. La revista Nature Medicine publicó un estudio en el que dicha bacteria conseguía alargar la vida en ratones de laboratorio.

La investigación revela que la microbiota intestinal –el ecosistema de microorganismos que vive en los intestinos– influye de manera importante en el envejecimiento. Estudios anteriores habían relacionado la microbiota con enfermedades relacionadas con la edad, entre ellas la diabetes tipo 2, algunos cánceres y algunas dolencias cardiovasculares. Pero esta es la primera vez que la microbiota se relaciona directamente con el proceso de envejecimiento.

Los estudios también desvelan que el efecto de la microbiota sobre el envejecimiento se produce a través de la influencia de la bacteria Akkermansia muciniphila sobre la bilis, que parece tener un efecto beneficioso para mantener una buena salud en las edades avanzadas de la vida. El Dr. Mera cree que la vida en comunidad ayudaría a compartir esta bacteria que favorece la longevidad.

Se ha estudiado que las personas centenarias tienen una mayor cantidad de un tipo de bacterias llamadas verrucomicrobios, y precisamente la Akkermansia muciniphila entra dentro de ese filo o grupo, que en algunos estudios ha demostrado tener un efecto protector frente a la diabetes y la obesidad.

“Hoy sabemos que en el microbioma hay bacterias muy buenas y otras que no lo son tanto e incluso son peligrosas. Es algo que hace no muchos años nos costaba comprender. Nuestro trabajo identifica a Akkermansia muciniphila como una de las muy buenas”, explica el autor principal de la investigación.

Compartir las bacterias “buenas” de la microbiota retrasa procesos característicos del envejecimiento como la pérdida de peso, el deterioro renal o la mala regulación de la temperatura corporal.

Otro estudio publicado en la revista Nature demuestra que las personas centenarias presentan una microbiota intestinal enriquecida que inhibe el crecimiento de patógenos, otra circunstancia que parece favorecer la longevidad.

En el estudio se define el enriquecimiento de la microbiota como un conjunto especial de microbios intestinales capaces de generar ácidos biliares únicos en personas mayores de 100 años. El trabajo, que compara los microbios intestinales de personas centenarias, de ancianos y de jóvenes en Japón, plantea la posibilidad de que la manipulación de la reserva de ácidos biliares pueda ser, no solo beneficiosa para la salud, sino también para la longevidad.

Se sabe que la comunidad de bacterias intestinales juega un papel crucial en nuestra salud y se va alterando a medida que envejecemos. Contra todo pronóstico, las personas centenarias son menos susceptibles de sufrir enfermedades crónicas e infecciones relacionadas con la edad, a diferencia de los ancianos que aún no han cumplido 100 años.

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