La relación entre la alimentación, el ejercicio físico y el sueño con la salud mental

Una dieta saludable, practicar deporte a diario y dormir bien todas las noches son fundamentales para disfrutar de un estado óptimo de bienestar.

Desde 1992, el 10 de octubre se celebra en el Día Mundial de la Salud Mental. El objetivo de esta iniciativa es concienciar, sensibilizar e informar a la población sobre los diferentes trastornos mentales, impulsar proyectos que mejoren la atención a los afectados y combatir el estigma social que muchos de ellos sufren.  

Como nos explica Cinthya Molina, psicóloga de SHA Wellness Clinic, “la Organización Mundial de la Salud define la salud mental no solo como la ausencia de trastornos mentales, sino como un estado completo y equilibrado de bienestar físico, mental y social en el que cada persona pueda desarrollar todas sus capacidades, hacer frente al estrés normal de la vida diaria, trabajar de forma productiva y contribuir a la comunidad. En definitiva, implica un sentido positivo que combina el bienestar individual con el funcionamiento en sociedad”.  

Aprender a gestionar el estrés y las emociones negativas es el primer paso para disfrutar de una buena salud mental. Pero, otros factores, como la dieta, la actividad física o el sueño, también juegan un papel esencial. Por eso, el Método SHA integra distintas disciplinas médicas y terapias naturales que se complementan entre sí, potenciando los beneficios que tendrían por separado, para dar una respuesta global a los trastornos mentales. De ahí que combinemos las sesiones de psicoterapia cognitivo-conductual que, como la evidencia científica ha demostrado es la única terapia que reduce la sintomatología del trastorno depresivo, con planes personalizados de nutrición y actividad física y las recomendaciones para lograr una correcta higiene del sueño. 

1. Alimentación

María Romeralo, nutricionista de SHA, afirma que “una nutrición saludable y equilibrada es fundamental para tener una buena salud mental. De hecho, una dieta rica en azúcares refinados y alimentos ultraprocesados provoca mucha inestabilidad emocional y es una de las causas asociadas a la depresión. Para acabar con la neblina mental que nos impide desarrollar al máximo nuestras capacidades cognitivas, llena la cesta de la compra con frutas y verduras de temporada (que, además, es la opción más sostenible), cereales integrales, legumbres, proteínas vegetales, frutos secos y semillas y enseguida notarás cómo los altibajos emocionales desaparecen”. 

2. Deporte

Además de fortalecer el sistema inmunitario, hacer ejercicio de manera regular nos ayuda a alcanzar el estado óptimo de bienestar. Como nos cuenta José Luis Tabueña, fisioterapeuta de SHA, “sentirse bien físicamente es indispensable para disfrutar de una buena salud mental. Cuando practicamos alguna actividad deportiva, el organismo segrega hormonas, como las endorfinas, la serotonina o la dopamina, que nos ayudan a liberar tensiones y controlar el estés, reducen la ansiedad, favorecen un descanso reparador y aumentan los niveles de energía”. 

3. Sueño

No descansar correctamente hace que nos levantemos cansados y sin energía, nos vuelve más irritables y provoca un deterioro de las capacidades cognitivas. Bruno Ribeiro, responsable de la Unidad de Salud Cognitiva y Emocional de SHA, asegura que “cuando no dormimos bien acumulamos cansancio psicológico y las funciones cognitivas no se recuperan totalmente, lo que afecta a nuestro rendimiento físico, mental e intelectual. Además, durante el sueño, el cerebro activa los mecanismos de limpieza para eliminar los desechos celulares. Pero sin un descanso reparador, las toxinas se acumulan y, con el tiempo, pueden causar determinadas patologías, como la demencia”. 

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