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SHA Magazine Salud y belleza
¿Sabías que alrededor de un 60% de lo que aplicamos en nuestra piel se absorbe directamente en la sangre? Es una cifra muy alta, especialmente si consideramos que no le damos suficiente importancia a los productos que usamos a diario en nuestra piel.
La piel es el órgano más grande del cuerpo y es igual de importante cuidarla por dentro que por fuera. Nuestro concepto de cómo debemos cuidarla está cambiando y seguirá evolucionando a medida que nos concienciemos del impacto que tienen los productos de cosmética tanto en la salud de nuestra piel como en nuestra salud global. Tal como desvela el Global Wellness Insitute, estamos presenciando un cambio de concienciación acerca de la cosmética, también conocido como Clean Beauty. No podemos hablar de belleza sin destacar la relación evidente que existe entre ésta y la salud. La línea entre la belleza y el bienestar se está difuminando, ya que cada vez existe mayor evidencia científica y médica de la importancia que tienen nuestros hábitos de vida con la salud de nuestra piel.
¿Por qué tenemos que prestar atención a los productos de cosmética que aplicamos? Como bien sabemos, nuestra piel absorbe hasta un 60% de lo que aplicamos sobre ella, y si tomamos en cuenta que la mayoría de la cosmética convencional está llena de químicos que afectan a nuestra salud– provocando desde desequilibrios hormonales e irritaciones en la piel, hasta patologías más severas como el cáncer-, tenemos que informarnos de los ingredientes que incluyen los productos que utilizamos. Las marcas se están viendo obligadas a volcarse en la cosmética ecológica y eliminar de su lista de ingredientes químicos como los parabenos y sulfatos, entre muchos otros.
Cada vez hay más opciones naturales para que podamos elegir alternativas saludables tanto para nuestra piel como para nuestra salud.
Debemos entender la salud de la piel de forma holística. La alimentación, el deporte, el descanso y los pensamientos influyen en nuestra salud, y por lo tanto, en el aspecto de nuestra piel. No sólo somos lo que comemos, también somos lo que pensamos y lo que hacemos.
Con la llegada del verano, todos queremos lucir un aspecto radiante y saludable. Es importante destacar que no hay un producto estrella que hace milagros. La piel es el reflejo de nuestra salud interior, por lo tanto, es fundamental que cuidemos de nuestros hábitos en esta época del año donde no sólo estamos más expuestos a los rayos de sol, sino que también nos echamos más cremas (de composición química) y descuidamos nuestros hábitos saludables por compromisos sociales.
Teniendo en cuenta que nuestra piel absorbe todo aquello que le aplicamos, debemos procurar escoger productos que sean libres de químicos dañinos para la salud como pueden ser los parabenos, los sulfatos, los conservantes, el petróleo, los sintéticos, las siliconas, entre muchos otros. Podemos sustituir cremas por aceites naturales, como el aceite de almendras, coco, jojoba o sésamo. Aparte de los múltiples beneficios hidratantes que aportan estos aceites, también son totalmente naturales e inocuos.
A la hora de proteger la piel del sol, es importante escoger un protector solar que no sea tóxico y que preferiblemente contenga minerales como óxido de zinc o dióxido de titanio, ya que no obstruyen los poros y tienen un efecto protector inmediato.
La alimentación también influye en el aspecto de nuestra piel. Es importante incluir una variedad de antioxidantes, vitaminas, minerales, proteínas y grasas saludables en la dieta.
Siguiendo el concepto clean beauty que aúna la alimentación saludable con deporte, descanso, cosmética natural y técnicas de relajación, conseguiremos lucir una piel radiante y saludable todo el año.
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