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Los beneficios de los alimentos simbióticos

Por SHA Wellness Clinic
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13 de septiembre de 2018
Nutrición saludable

Lola García - Experta en Nutrición
¡La experta en nutrición de SHA Wellness Clinic, Lola García, desvela los beneficios de los alimentos simbióticos!

Uno de los aspectos del método nutricional SHA que más llama la atención de nuestros huéspedes es el hincapié que hacemos en el consumo de alimentos fermentados, especialmente de verduras y hortalizas que han sufrido una fermentación natural, rica en ácido láctico.

En este artículo te revelamos por qué es tan importante consumir alimentos simbióticos.

En primer lugar, ¿qué es un alimento simbiótico? Conocemos el término probióticos, ya que cada vez más se añaden a algunos alimentos para fortificarlos, o son incluso ingeridos como tratamiento en forma de suplementos en casos de diarrea o después de haber tomado antibióticos. Los probióticos son los microorganismos intestinales que promueven la salud del hospedante. El conjunto de todos esos microorganismos es conocido como microbioma, y puede llegar a pesar hasta 2 kilos.

El término prebiótico tal vez no sea tan familiar, pero podemos resumir su significado en la palabra fibra. Los prebióticos son hidratos de carbono no digeribles, que sirven de alimento a los probióticos.

Pues bien, los simbióticos son aquellos alimentos que aúnan las características de los probióticos y de los prebióticos, nutriendo los microorganismos que resultan beneficiosos para el hospedante y estableciendo nuevas colonias de microorganismos igualmente beneficiosos.

Ahora bien, ¿cuál es la importancia de esa microfauna que cohabita en nuestro cuerpo? El campo de investigación relacionado con el microbioma está en continua expansión. Estamos examinando tan sólo la punta del iceberg, pero nuestro intestino delgado ya se considera como nuestro segundo cerebro, por lo que mantenerlo en forma es mantenernos alejados de sufrir depresión, estrés y algunas enfermedades cerebrales degenerativas. El microbioma también se ha asociado al sistema inmunitario. Esto se explica por su conexión con el tejido linfoide y actúa en un proceso de retroalimentación. Esta conexión hace que una flora intestinal adecuada nos proteja frente a la entrada de patógenos o el desarrollo de algunas enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide, ciertos tipos de cáncer e incluso de enfermedades coronarias.

El cuidado del microbioma es esencial para disfrutar de una vida saludable y equilibrada, y, para ello debemos evitar comportamientos que lo desequilibren tales como una dieta pobre en fibra, un consumo excesivo de proteína animal, productos refinados, procesados y llenos de químicos, una vida sedentaria, o el estrés y las emociones negativas.

Una manera sencilla de promover una flora intestinal óptima es incorporar el consumo de alimentos simbióticos a tu dieta tales como:

Miso: es una pasta que se obtiene de la fermentación bacteriana de la soja cocinada y de algunos cereales. Se utiliza para hacer la famosa sopa de miso, pero también se puede emplear para fermentar verduras o tofu e incluso para hacer deliciosas salsas.

Tempeh: es un bloque similar al tofu, pero de consistencia más firme. Se obtiene de la fermentación bacteriana de soja o garbanzos. El tempeh de buena calidad tiene una cubierta aterciopelada blanca y su olor es similar al de los champiñones. Debe ser cocinado antes de incorporarlo a las recetas. Para ello hay que hervirlo en agua con salsa de soja y un pequeño trozo de alga. Es el mejor alimento sustitutivo de la carne y evita los antojos por ella.

Chucrut: es una col fermentada con sal y bayas de enebro. Lo que debes tener en cuenta a la hora de comprarlo es que debe ser orgánico y no pasteurizado. En algunas tiendas de productos saludables puedes encontrarlo, o, de otro modo, puedes hacerlo en casa. Para ello debes lavar las coles y córtalas en una juliana muy fina, las pones en un cuenco grande y añades sal marina integral (15 grs por cada kilo de col). Tienes que masajear muy fuerte, hasta que la col empiece a soltar líquido. Deja la col en este cuenco durante varias horas, cubriendo con un paño, para esperar a que suelte más líquido y comience la fermentación aeróbica. Después metes la col y el líquido, junto con algunas bayas de enebro en botes con cierre hermético, teniendo en cuenta que debe quedar sumergida bajo el líquido. Guarda los botes en un lugar fresco y oscuro y empieza a consumirlo pasadas unas cuatro semanas. Puedes consumir unas dos cucharadas soperas diarias de este delicioso plato, incorporarlo como condimento en ensaladas o bien como acompañamiento de otros platos o incluso como aperitivo.

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