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SHA Magazine Salud y belleza
Aunque los distintos tipos de episodios depresivos presentan una sintomatología parecida (un estado de ánimo bajo, tristeza, pesimismo, falta o exceso de sueño, incapacidad para disfrutar o sentir placer), lo cierto es que no todos tienen el mismo origen. Como explica Cinthya Molina, psicóloga de SHA Wellness Clinic, “existen dos tipos fundamentales. La depresión exógena, que está provocada por factores externos, como la muerte de un ser querido, una ruptura de pareja o la pérdida del trabajo. Es decir, un acontecimiento traumático desencadena el trastorno que se suele superar a medida que la persona aprende a aceptar la situación que lo ha causado. En cambio, la depresión endógena se debe a factores biológicos, como los genes o las hormonas, y suele estar relacionada con desequilibrios en la química cerebral y con la predisposición genética. Los antecedentes familiares juegan un papel importante, aunque no determinante, en el riesgo de sufrir depresión. Y no solo a nivel genético, sino también en el aprendizaje de modelos: si, por ejemplo, uno de los progenitores ha sufrido depresión durante gran parte de su vida, la probabilidad de que alguno de los hijos repita esos patrones aumenta”.
¿Cómo tratamos la depresión en SHA?
La depresión es un trastorno multifactorial, por lo que la mejor manera de abordarla es con un enfoque integral que combine distintas disciplinas y áreas médicas. El tratamiento farmacológico es la opción más rápida y habitual, pero no la más saludable, y, además, únicamente trata los síntomas y no llega a la raíz del problema. Por eso, en SHA solo lo recomendamos en los casos más graves. Como explica Cinthya, “el primer paso es un buen diagnóstico. Mucha gente llega a mi consulta creyendo estar deprimida cuando lo cierto es que está pasando una mala racha. En SHA combinamos la terapia cognitivo conductual, que es la única que la evidencia científica ha demostrado que reduce la sintomatología del trastorno depresivo, con la fotobiomodulación y la estimulación eléctrica transcraneal, dos tecnologías desarrolladas por la NASA y la Escuela de Medicina de Harvard, que estimulan las áreas del cerebro involucradas en el estado de ánimo, como el córtex frontal. Además, como la salud mental y la digestiva están estrechamente relacionadas, eliminar de la dieta los alimentos ultraprocesados y los azúcares, que crean mucha neblina mental, es indispensable. En SHA apostamos por una nutrición saludable y terapéutica basada en productos frescos y de temporada que es muy beneficiosa para recuperar esa sensación de bienestar que nos aleja de los malos pensamientos. En los casos de depresión es aconsejable incluir alimentos ricos en triptófano, un aminoácido esencial y precursor de la serotonina y de la melatonina, las hormonas que regulan el humor, el placer y los ciclos del sueño. Son fuente de triptófano las verduras de hoja verde (espinacas, berros, brócoli), las legumbres (garbanzos, lentejas, soja), los frutos secos (almendras, nueces), los cereales integrales (avena, espelta), las semillas (calabaza, sésamo) y las algas. También, realizamos un plan de ejercicio personalizado, ya que durante la actividad física el organismo libera serotonina y dopamina, se reducen los niveles de cortisol, que es la hormona del estrés, y se favorece un descanso reparador. Por último, completamos el tratamiento con disciplinas de relajación y mindfulness, como el yoga, la meditación o la respiración pranayama, y técnicas que ayudan a reequilibrar la energía vital, como la acupuntura”.
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