Los siete secretos del liderazgo empresarial para mejorar el rendimiento

¿Un líder nace o se hace? Esta es la pregunta que intentan responder cientos de cursos y máster de Leadership, Business Management y charlas TED. Los secretos del liderazgo se han estudiado a fondo, pero nadie puede afirmar si las cualidades de un líder se deben a su genética, a su educación, a las circunstancias de su vida o a una sabia mezcla de todo eso. Aquí resumimos las siete cualidades que distinguen a un líder. Pueden ser más o menos, pero estas son imprescindibles

Tienen objetivos a largo plazo. Los buenos líderes viajan siempre con las luces largas, sus objetivos están orientados al largo plazo. Tratan de invertir poco tiempo en la operativa del día a día, no se desgastan en escaramuzas y se centran en el futuro, más en transformar su empresa y su negocio, que en apagar fuegos. Entrenan la capacidad de anticipación, de trazar estrategias a largo plazo y de tomar decisiones complicadas con poca información.

Entrenan la inteligencia emocional. Entrenar la inteligencia emocional les sirve para crear fuertes vínculos emocionales con su equipo. Saben que las personas son la clave para que las cosas ocurran, e invierten mucho en la cohesión y el buen clima de su equipo. Cuidan mucho su cuenta bancaria emocional, es decir vigilan generar más sensaciones positivas en sus relaciones con otras personas que negativas. Son maestros del autoconocimiento y el autocontrol, dos cualidades que les permiten actuar y mantener la calma en los momentos críticos o en los picos de estrés. Por otra parte, el autoconocimiento ayuda a estar motivado para poder animar al resto del equipo. Los líderes no son prisioneros de sus sentimientos. Un buen líder no se debe dejar arrastrar por sus emociones, sino que aborda el problema desde un punto de vista analítico para reflexionar sobre las razones, causas y consecuencias y presentar una solución conveniente.

Crean cultura empresarial. Su liderazgo es transformacional. Aspiran a que con ellos haya un antes y un después. No buscan continuidad sino disrupción. Los mejores líderes diseñan la cultura corporativa que quieren en su empresa, actúan deliberadamente con acciones concretas para provocar los cambios que desean. Asumen esos cambios y actúan en consecuencia.

Exigen resultados.Saben rodearse de un excelente capital humano al que pueden pedir resultados, buscan pensar fuera de la caja, salir de la zona de confort y saben que siempre hay un nivel superior al que aspirar. No aceptan un No por respuesta y pueden llegar a ser obsesivos, pero suelen tener una visión extraordinaria porque crean un fuerte vínculo con los equipos, y el tiempo suele darles la razón.

Buscan (más bien persiguen) la excelencia.Saben que existe lo óptimo y a ello aspiran. No se conforman con el status quo, ni con “ir tirando”. Saben que todo se puede mejorar y luchan por ello. El equipo de un buen líder siempre tiene una meta superior esperándole. Parecería que nunca está satisfecho, pero no es verdad, un buen líder sabe reconocer el esfuerzo y premiar a su gente.

Aplican la regla del 33%. Siguen esta teoría de Robin Sharma, considerado uno de los cinco expertos en liderazgo más importantes del mundo. Se trata de dividir el tiempo en tres partes y dedicar un tercio de tu tiempo a cada una de estas actividades. Veamos: 33% – Hacer.Ejecutar las tareas del día a día a la que muchos líderes dedican el 80% de su tiempo. Por ejemplo, meterse de cabeza en una hoja de Excel durante dos horas para salir de ahí embotado y agotado. 33% – Pensar. Es la parte dedicada a estrategia, a proyectarse en el futuro. En ese tiempo se reflexiona, se planifica, y se buscan nuevas oportunidades para el futuro. La mayoría de líderes no dedican ni un 5% de su tiempo a la estrategia. 33% – Desarrollar. Es el tiempo que se pasa con otra persona del equipo promoviendo la reflexión, el compromiso y el cambio. Para este cometido se requieren cualidades entrenadas de Inteligencia emocional.

Inspiran a los que tienen cerca.Los líderes tienen una misión y a veces un aura de mesías que no pasa desapercibida para quienes lo rodean. Contagian su pasión e inspiran con su estilo de vida, consiguen que mucha gente quiera perseguir su pasión y su visión del mundo. Los líderes que más cambios provocan son aquellos que tienen una visión inspiradora para su proyecto.