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SHA Magazine Bienestar y descanso
El término mindfulness se puede traducir como un estado en el cual se presta atención total a lo que sucede en el presente; es estar en plena y deliberada consciencia de la realidad y aceptarla tal como es. Tiene como propósito retomar la vitalidad y conectarnos con la sabiduría natural.
La meditación mindfulness se enfoca en la percepción y en la observación, en concentrarse en el estímulo a cada sentido. Para lograrlo se requiere de cierta práctica, la que nos da la costumbre de ejecutar repetitivamente algunas acciones.
Para ello podemos llevar a cabo algunos ejercicios fáciles de hacer en casa, sin mayor inversión de tiempo ni esfuerzo, solo la dedicación y la concentración necesarias. Así aumenta tu calidad de vida.
La práctica de estos ejercicios requiere de cierta constancia. Pueden hacerse una o dos veces al día, y siempre buscando el aislamiento para evitar interrupciones o ruidos. Son el inicio para lograr una meditación mindfulness profunda.
Reposa boca arriba sobre una manta. Separa los pies y aleja los brazos del cuerpo, colocando las palmas de las manos hacia arriba. Concéntrate en tu respiración, en la expansión del tórax y en los movimientos de elevación y descenso del abdomen. Después de un tiempo, expande lentamente la atención hacia otras zonas. Siente la presión en la región glútea, pantorrillas, talones, cabeza y espalda. Detente a percibir la sensación táctil de la manta o el suelo. Finalmente, imagina que con cada respiración llenas y vacías de aire todo tu cuerpo.
Enciende una pequeña vela y colócala sobre una mesa en una habitación oscura y sin brisa. Siéntate enfrente y contempla la llama por algunos minutos, respirando rítmica y suavemente. Evita que tu pensamiento divague. Concéntrate en la llama.
Al despertar, no te precipites a enfrentar las tareas del día. Salúdate, pregúntate cómo has dormido, estírate para desperezarte lentamente, piensa en algún sueño que tuviste y en su significado; vuelve a cerrar los ojos por unos minutos.
Al conversar con otra persona, presta plena atención a lo que dice y cómo lo dice. Repara en su tono de voz, su estado de ánimo, su postura y su expresión facial. No la interrumpas ni pienses en nada distinto a lo que dice.
La constancia en la práctica de estos ejercicios de mindfulness te ayudará a desarrollar la aceptación de la realidad, que es como es y no cambiará, y a disfrutar de ella en tiempo presente.
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