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Neurofitness: cómo entrenar al cerebro en un gimnasio mental

SHA Wellness Clinic
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22 de julio de 2024

Las expectativas de vida son cada vez mayores, y las barreras de la longevidad se estiran hasta superar los 100 años. En este contexto mantener el cerebro ágil y en excelente forma ha dejado de ser una opción y el neurofitness, que “no es nuevo y ahora adquiere un nuevo alcance”, según indica el profesor Bruno Ribeiro, responsable de la unidad de Salud Cognitiva de SHA.

El neurofitness es un método basado en ejercicios específicos que trata de poner en forma nuestro cerebro, aumentando nuestra reserva cognitiva. El método se basa en conceptos como la neurogénesis, el proceso a partir del cual se crean nuevas células nerviosas. “De esta forma se puede hacer ‘crecer’ nuestro cerebro, y la neuroplasticidad que es la capacidad del cerebro para cambiar su estructura y remodelar conexiones entre las neuronas haciendo para ser más eficiente y rápido”, relata Ribeiro.

El profesor explica que, con una serie de ejercicios, se pueden activar áreas específicas cerebrales que puede estar más olvidadas e inactivas y, de este modo, incrementar la capacidad de procesamiento que hará que la mente funcione mejor.

El neurofitness es un conjunto de técnicas o actividades que tiene como objetivo ejercitar los procesos cognitivos. “Es similar a un tipo de gimnasia cerebral”, resume el profesor.

El neurofitness puede explicarse a través de varias teorías, una de ellas es el concepto de reserva cognitiva que nos revela, por ejemplo, que las personas con más años de escolarización se recuperan mejor de accidentes cerebrales, envejecen mejor cognitivamente,  y son más resistentes al deterioro cognitivo. “Existen estudios específicos que muestran, por ejemplo, cómo el cerebro de los taxistas londinenses tenía el tamaño aumentado en áreas específicas de la memoria espacial”, apunta el experto.

Por otra parte, la psicología cognitiva recomienda la estimulación temprana en niños con dificultades de neurodesarrollo. “Sin dudas, las nuevas barreras que estamos alcanzando a nivel de longevidad saludable nos motivan a querer llegar más lejos pero con un cerebro en buen estado” dice Ribeiro, quien opina que casi todo el mundo se puede beneficiar del neurofitness. “Los beneficios son múltiples, pero hablemos de dos ejemplos: por un lado, al ejercitar mi cerebro estoy aumentando mi reserva cognitiva, es decir, aumento mi hucha cognitiva que, en caso de necesidad, estará más o menos llena y eso será determinante a la hora de recuperarse de alguna lesión cerebral. Una lesión o agresión cerebral puede ser un traumatismo craneoencefálico, un ictus, el inicio de una demencia o un tratamiento médico con químicos o radiación. Por otro lado, llevando al cerebro a diario a esta especie de gimnasio mental tenemos más energía, flexibilidad y agilidad mental”.

¿Existen evidencias científicas acerca de sus beneficios? 

El profesor Ribeiro indica que existen varios estudios sobre los efectos del neurofitness. Uno de ellos es un ensayo controlado en poblaciones especiales y el resto son estudios retrospectivos. “Los estudios controlados con poblaciones especiales se realizaron en pacientes oncológicos que, tras sus tratamientos, se dividieron en dos grupos: uno que recibe entrenamiento cognitivo o neurofitness y otro grupo control que no recibe ningún entrenamiento. Es sabido que la quimioterapia y la radioterapia producen deterioro cognitivo que es, casi siempre, reversible. Lo que estos estudios han demostrado es que las personas que practican el neurofitness recuperan, antes y mejor, sus capacidades cognitivas tras un tratamiento oncológico.

Por su parte, los estudios retrospectivos intentan encontrar las causas de porque ante una misma lesión cerebral, unos pacientes se recuperan mejor que otros, o porque unos pacientes manifiestan más síntomas cognitivos negativos que otros, a pesar de que la enfermedad esté en un estadio de desarrollo similar. “Estos resultados han demostrado que las personas con más años de escolarización y más activas mentalmente, recuperaban más y mejor. Por cierto, y como curiosidad, en la mayoría de estos estudios y con lesiones similares, las mujeres se recuperaban más rápido que los hombres”, expone el profesor.

En la unidad de Salud Cognitiva de SHA se recomienda consistentemente a los pacientes practicar el neurofitness. “Aconsejamos a nuestros pacientes a apuntarse a estos gimnasios mentales. Les hacemos una evaluación completa de sus funciones cognitivas y posteriormente programamos nuestro entrenamiento para fortalecer las áreas menos fuertes. A los dos meses los reevaluamos para conocer los avances.

Además, agrega que “en SHA recomendamos hacer actividades desafiantes intelectualmente que no estén obligados, por ejemplo, bailar, aprender un nuevo idioma o estudiar algo nuevo”.

 

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