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SHA Magazine Salud y belleza
A menudo aparecen sucesos que cambian nuestras vidas que incorporan hábitos poco estimulantes. Pero, ¿por qué no verlo como una oportunidad para iniciar una nueva vida más saludable? Todo consiste en instalar paz interior, ser organizados en el trabajo, tener disciplina horaria, realizar una actividad física y ser más sociables.
Sedentarismo, mala alimentación, apatía o incomunicación son algunas de las peores rutinas que podemos adquirir cuando pasas mucho tiempo en casa. Por ejemplo, cuando teletrabajas y tu ocupación laboral puede confundirse con tu vida personal. Pero no hay razón para dejarse llevar, ni siquiera en las circunstancias más extremas.
A continuación, Bruno Ribeiro, responsable de la Unidad de Desarrollo Cognitivo y Estimulación Cerebral de SHA Wellness Clinic, ofrece cinco consejos saludables para llevar una vida saludable incluso trabajando desde casa. Porque este puede ser el comienzo de una vida mejor.
Ahora, más que nunca, es hora de ocuparse de la salud mental en las vidas de cada uno. Es necesario comenzar a valorar todo lo que se tiene alrededor y alejarse de aquello que produce estrés. Y nada mejor que añadir ocio de calidad en las rutinas.
“Para evitar el aumento de la ansiedad cuando pasas mucho tiempo en casa es importante darse espacio para leer, para hablar y hacer todas esas cosas que la gente suele dejar de hacer por falta de tiempo”, aconseja Ribeiro.
Un gran estudio publicado por la revista científica Health Psychology determinó cómo las percepciones de las relaciones sociales positivas se asocian con una mayor participación en actividades de ocio que, a su vez, se relaciona directamente con una mejor salud en la edad avanzada.
“Los hallazgos han demostrado las complejas relaciones entre las relaciones sociales y la salud, resaltando la importancia de las actividades de ocio para desarrollar futuras políticas de salud y/o intervenciones clínicas en adultos mayores dentro en el campo de la prevención”, explicó en sus conclusiones.
La organización es fundamental. También en el ámbito laboral, y más cuando cosas como el teletrabajo se abre paso en esta era de las telecomunicaciones. La disciplina es vital para enviar los mensajes correctos al cerebro: cuándo trabajar y cuándo descansar.
Una buena rutina de trabajo que incluya una correcta organización ayudará a rebajar el estrés y, por consiguiente, conseguir más tiempo para relajarse y padecer menos ansiedad. La falta de técnicas saludables de manejo del estrés puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y afectar negativamente a la salud general.
Por otra parte, la rutina diaria influye en la calidad de descanso. Una jornada laboral satisfactoria procurará un mejor sueño y ayudará a despejar la maldita sombra del insomnio.
Un horario de sueño y hábitos a la hora de acostarse afectan la agudeza mental, el rendimiento, el bienestar emocional y el nivel de energía.
El reloj corporal que cada persona tiene interactúa con el metabolismo y la digestión de manera compleja. No solo importa qué se come, sino cuándo se hace.
La disciplina horaria para las comidas no es algo nuevo. La idea de que la respuesta a la comida varía en función de en qué momento del día se ingiera se remonta a largo tiempo atrás. La ancestral medicina chica ya promulgaba que la energía fluía alrededor del cuerpo en paralelo con los movimientos del sol y que las comidas debían programarse en consecuencia.
Un estudio realizado en Reino Unido con 5.000 personas de muestra y un seguimiento de más de 70 años reveló que aquellos que tenían una rutina de comidas más irregular tenían un mayor riesgo de desarrollar síndrome metabólico, incluidos presión arterial alta, niveles elevados de azúcar en la sangre, exceso de grasa alrededor de la cintura y niveles anormales de grasa y colesterol en sangre. En definitiva: una mala disciplina en las comidas aumenta el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2.
Es vital huir del sedentarismo. Ahora y siempre. Y no es solo cuestión física, sino también mental.
Un reciente estudio de la Universidad de Michigan constató cómo la práctica de ejercicio está estrechamente relacionada con la felicidad. La actividad física podría remodelar el cerebro, por ejemplo, al impulsar la creación de nuevas células cerebrales o inducir a cambios en los químicos del cerebro de manera que contribuyan a impulsar las emociones positivas.
Otro estudio publicado en The Lancet constató cómo quienes hacían ejercicio regularmente tendían a sentirse mal durante unos 18 días al año, mientras los participantes menos activos se sentían mal durante 35 días más en promedio.
Nunca antes ha habido más oportunidades para contactar ni, al mismo tiempo, mayor incomunicación y soledad. La tecnología debe ser un fuerte aliado en estos tiempos para facilitar el contacto emocional con amigos y familiares. No solo a través de la voz, sino también con la imagen.
Para ser feliz es imprescindible mantener relaciones sociales cercanas y de calidad. Aunque sea a través del ordenador. Quienes rodean cada una de las vidas influye decisivamente en el bienestar emocional y físico de cada persona. Así lo asegura un estudio elaborado por la prestigiosa Universidad de Harvard que abarcó el seguimiento de una amplia muestra durante más de 75 años. Es la investigación más extensa en el tiempo que existe al respecto.
El trabajo reveló cómo las personas que mantenía relaciones fluidas con la familia y estrechas amistades, independientemente del número, llevaban una vida más armónica y feliz que quienes descuidaban las relaciones.
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