Ozempic: ¿Es realmente la mejor opción para adelgazar?

Las últimas estrellas del rock de la industria farmacéutica son los agonistas del GLP-1, entre ellos el más conocido es Ozempic, un fármaco indicado para la diabetes que puede reducir hasta el 15% del peso corporal con una inyección semanal. Este medicamento logra reducir el apetito y aumentar la sensación de saciedad durante varias horas mediante el retraso del vaciado gástrico.

En mayo pasado, el fármaco conocido como Wegovy, que comparte el mismo principio activo que Ozempic (la semaglutida) pero en una dosis mayor, fue aprobado en España para el tratamiento específico del sobrepeso y la obesidad.

Son fármacos diseñados para cambiar el paradigma del tratamiento de la obesidad y el sobrepeso. Sin embargo, María Romeralo, consultora nutricional de SHA, cree que estas sustancias representan un camino rápido y fácil. «Si no se cambia el estilo de vida que está en el origen de la obesidad, se recuperará todo el peso perdido cuando se abandone el tratamiento«, dice. Los estudios señalan que la mitad de los consumidores de estos fármacos para adelgazar dejan el tratamiento antes del primer año, y la mayoría recupera dos tercios del peso perdido. Es lo que se llama efecto rebote, y es uno de los problemas de confiar toda la pérdida de peso a la «magia» de este principio activo.

Inyectarse Ozempic es eficaz para perder peso, pero tiene un precio. Se pierde todo el placer por la comida y, en algunas personas, también por la bebida. En una sociedad donde gran parte de la vida social gira en torno a la comida, esto puede traducirse en aislamiento y soledad para los afectados.

Estos fármacos producen una sensación constante de náuseas, molestias digestivas y reflujo. Estos son los motivos por los que hasta la mitad de los pacientes abandona el tratamiento en el plazo de un año. Es entonces, con la vuelta a la normalidad –si no ha habido cambios en la alimentación y el estilo de vida– que los kilos perdidos vuelven.

Por eso, una dieta personalizada y antiinflamatoria diseñada por un nutricionista siempre valdrá más la pena a largo plazo, porque no se depositará toda la estrategia antiobesidad en un fármaco. Si la dieta se combina con cambios consistentes en la actividad física y el estilo de vida, sus efectos se mantendrán a largo plazo.

Además, un cambio de alimentación sostenible trae consigo otros beneficios para la función del organismo y no tiene los efectos secundarios de un fármaco.

Los efectos secundarios más frecuentes de Ozempic y sus versiones incluyen problemas gastrointestinales, como las náuseas, el estreñimiento y la diarrea. Otros efectos, aunque más raros y peligrosos, son la pancreatitis, la enfermedad de la vesícula biliar y la retinopatía diabética (este último un efecto más frecuente según el prospecto del fármaco).

Las náuseas, uno de los principales efectos adversos de Ozempic y Wegovy, pueden provocar vómitos. De hecho, en junio de 2023, la Sociedad Americana de Anestesia recomendó a los pacientes que dejaran de tomar estos medicamentos antes de las intervenciones quirúrgicas para evitar complicaciones.

Estos fármacos han sido ampliamente estudiados, pero su aprobación es relativamente reciente, lo que implica que los investigadores aún no conocen los efectos adversos a largo plazo. Tampoco se dispone de datos suficientes acerca de los efectos indeseados que puedan producirse cuando se interrumpe la medicación de manera abrupta debido a la inestabilidad en los suministros, otro de los problemas de estos nuevos fármacos.

En casi todos los estudios sobre la pérdida de peso, el éxito depende de una combinación de factores que, en su conjunto, generan un cambio en el estilo de vida. Si la alimentación es saludable, el ejercicio es constante y adecuado, y el sueño es de buena calidad, seguramente se perderá peso y se conseguirá mantener el peso deseado. Si no, es muy probable que se recupere gran parte de lo perdido, aunque se hayan invertido varios miles de euros o dólares en muchas plumas inyectables de Ozempic.