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SHA Magazine Nutrición saludable
Mucho se ha especulado en los últimos tiempos sobre los supuestos beneficios que la dieta alcalina tiene en la prevención y la curación del cáncer. Es indudable que la alimentación juega un papel fundamental en nuestro estado de salud y bienestar, de ahí que sea una de las bases del Método SHA. Como nos cuenta Joana André, consultora de Nutrición y Salud de SHA Wellness Clinic, “la dieta moderna suele ser rica en alimentos ácidos, como la carne, los huevos, el café o los lácteos, y parece aumentar la secreción de cortisol y la resistencia a la insulina, creando un entorno que favorece la inflamación y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, osteoporosis y cáncer. En cambio, la adopción de una dieta más alcalina conlleva un incremento del consumo de alimentos de origen vegetal y una menor ingesta calórica diaria, y proporciona varios beneficios saludables, como un control más eficaz del peso y una mejora de la salud cardiovascular y renal”.
La dieta alcalina considera que los alimentos tienen un impacto en el pH del organismo. Pero, según el American Institute of Cancer Research, la elección de alimentos solo afecta al pH de la orina y no al de la sangre. Como explica Joana, “la American Cancer Society recomienda una dieta similar a la alcalina porque excluye los alimentos procesados, la carne roja, el alcohol y las grasas saturadas. Por otro lado, incentiva el consumo de frutas, verduras y cereales integrales. Pero todavía hay que aclarar una de las afirmaciones más populares de la dieta alcalina: que puede prevenir y curar el cáncer, ya que los tumores solo pueden crecer en un entorno ácido. Sin embargo, según la evidencia científica, es el propio tumor el que crea un entorno más ácido a través de diversos mecanismos, como la respiración anaeróbica y la reducción de la vascularización local”.
Por eso, Joana aconseja que, a la hora de elegir los alimentos, “es importante evaluarlos no solo en función de un parámetro específico, como el potencial ácido/básico. También hay que tener en cuenta otros factores, como su impacto metabólico en el organismo, su densidad nutricional y las necesidades nutricionales y el estado de salud de cada persona”.
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