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SHA Magazine Salud y belleza
Hablemos de histaminosis. Puede que le suene el término porque está relacionado con algunas afecciones comunes como la hinchazón, los gases, la diarrea, el dolor abdominal y otros problemas digestivos, también con las migrañas y los sarpullidos cutáneos.
La Dra. Beatriz Orts, especialista de SHA, explica que para entender la histaminosis hay que conocer la histamina, una pequeña molécula que, cuando se altera, revoluciona varias funciones del organismo.
“La histamina desempeña un papel importante en el sistema inmunológico y en la regulación de diversas funciones corporales. Se libera en respuesta a alergias y lesiones, y está involucrada en la respuesta inflamatoria. También afecta a la dilatación de los vasos sanguíneos y a la contracción de los músculos lisos, como los del tracto respiratorio. La histamina también influye en la regulación del sueño y del apetito«.
Cuando se habla de histaminosis, la histamina ha entrado en un estado patológico. “Puede ser por una acumulación excesiva o una disfunción en la regulación de esta sustancia debido al déficit de su enzima de degradación. También se usa el término intolerancia a la histamina para describir una condición en la que el cuerpo no puede descomponer la histamina adecuadamente, lo que produce síntomas como dolores de cabeza, urticaria, problemas digestivos y otros síntomas alérgicos”, explica la doctora.
Esta patología puede estar asociada con la deficiencia de la enzima diamina oxidasa (DAO), responsable de descomponer la histamina en el organismo y eliminarla para evitar la alteración que desencadena toda esa sintomatología.
La histaminosis se manifiesta con una variedad de síntomas que recuerdan a menudo a las reacciones alérgicas. Por ejemplo, los síntomas más comunes incluyen problemas digestivos (hinchazón, gases, diarrea o dolor abdominal), síntomas cutáneos (urticaria, picazón o enrojecimiento de la piel), síntomas respiratorios (congestión nasal, estornudos o dificultad para respirar), síntomas neurológicos (dolores de cabeza, migrañas o mareos), y síntomas cardiovasculares (palpitaciones o cambios en la presión arterial). La doctora Orts señala que los síntomas pueden variar en intensidad y aparecer tras la ingesta de alimentos ricos en histamina, o cuando el cuerpo tiene dificultad para metabolizar esta sustancia.
Vivir con histaminosis y convertirla en una enfermedad crónica no es recomendable, pues puede desencadenar varios problemas a largo plazo, como reacciones alérgicas persistentes que afectan significativamente la calidad de vida y generan una sensación continua de malestar. La histaminosis también puede causar inflamación crónica por la exposición constante a niveles elevados de histamina. Este estado inflamatorio puede contribuir al desarrollo de enfermedades autoinmunes o a la exacerbación de enfermedades inflamatorias ya existentes.
Algunos problemas digestivos que se vuelven crónicos también se asocian a la intolerancia a la histamina, como el síndrome del intestino irritable. La histaminosis también se ha relacionado con el desequilibrio de la salud mental y con una reducción de la calidad de vida que afecta las actividades diarias y la vida laboral y social.
“Es fundamental buscar el tratamiento adecuado y ajustar la dieta y el estilo de vida para manejar la histaminosis y minimizar sus efectos a largo plazo”, opina la experta de SHA, quien explica que el abordaje más efectivo de la histaminosis suele ser multifacético e incluye varias estrategias.
Una dieta baja en histamina sería un buen comienzo. Algunos alimentos como los quesos curados, las carnes procesadas, los pescados en conserva, el vino y los alimentos fermentados son ricos en histamina, mientras que otros, con ciertos aditivos o en mal estado, pueden liberar esta sustancia. La Dra. Orts recomienda llevar un diario de alimentos para identificar qué comidas desencadenan los síntomas.
Los medicamentos antihistamínicos pueden ayudar a reducir los síntomas, ya que bloquean los efectos de la histamina en el cuerpo. Estos deben ser utilizados bajo la supervisión de un médico. También son útiles los suplementos de diamina oxidasa (DAO), una enzima que ayuda a descomponer la histamina. Suplementar con DAO antes de las comidas puede ser beneficioso para algunas personas.
Asimismo, conviene evitar desencadenantes adicionales que pueden agravar los síntomas, entre ellos el estrés, ciertos medicamentos o los cambios bruscos de temperatura. La doctora explica que, si existen otras condiciones médicas asociadas, como los trastornos gastrointestinales o las deficiencias enzimáticas, tratarlas adecuadamente puede ayudar a controlar la histaminosis.
“En SHA se implementan estas estrategias de manera integral desde el equipo clínico para ayudar a los pacientes con histaminosis a conocer mejor su enfermedad y reducir las etapas de crisis. Se puede llevar una vida normal si se siguen las recomendaciones y el tratamiento, que en SHA siempre serán personalizados”.
¿Tiene vuelta atrás o la histaminosis es para toda la vida?
“La histaminosis no tiene necesariamente un punto de no retorno. La condición puede ser manejada y, en muchos casos, los síntomas pueden ser significativamente reducidos o incluso controlados con cambios en el estilo de vida y un tratamiento adecuado”, explica la experta, y añade: “Aunque no siempre se puede curar la intolerancia a la histamina de manera definitiva, muchas personas experimentan una mejora significativa en sus síntomas y pueden llevar una vida normal”.
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