Receta de bolitas de mijo

Por sus extraordinarias propiedades nutricionales y terapéuticas, el mijo es considerado un alimento sagrado en la Medicina Tradicional China. Es el único grano integral alcalino y no contiene gluten, por lo que puede ser consumido sin ningún tipo de riesgo por personas con celiaquía o intolerantes al gluten. Esta semilla de grano pequeño y color amarillo es fuente de fibra, que regula la digestión, fortalece el sistema digestivo y tiene un efecto saciante; carbohidratos complejos, que liberan energía lentamente, ayudan al organismo a entrar en calor y controlan el deseo de dulce; vitaminas del complejo B, aminoácidos, minerales y oligoelementos, como el magnesio, el calcio, el hierro, el fósforo o el potasio. Por eso, el mijo es una opción ideal en dietas para perder peso, como desayuno energético para empezar el día con las pilas cargadas o como snack antes de la práctica deportiva. También reduce el colesterol, previene las enfermedades cardiovasculares y mejora el estado de ánimo.

Los frutos secos, como las almendras, las nueces y los anacardos, son alimentos muy energéticos, antioxidantes y ricos en fibra, proteínas, vitaminas, grasas saludables y minerales esenciales, como el potasio, el fósforo, el manganeso o el calcio. Su consumo moderado ayuda a reducir el colesterol, protege la salud osteomuscular y el sistema cardiovascular, previene el deterioro cognitivo y mejora la memoria.

Los frutos rojos son fuente de vitaminas y antioxidantes, que neutralizan los efectos perjudiciales de los radicales libres y retrasan el envejecimiento celular. En concreto, las cerezas tienen un alto contenido en betacarotenos y antocianinas, unos flavonoides con propiedades depurativas que aceleran la eliminación de toxinas. De ahí que prevengan las enfermedades neurodegenerativas, reduzcan los procesos inflamatorios y mejoren tanto la salud ocular como el tránsito intestinal. Por su parte, las grosellas aportan fibra, proteínas, polifenoles, vitamina C, hierro y potasio, que refuerzan el sistema inmunitario. Por último, el coco es rico en fibra, hierro, selenio y potasio, por lo que regula la digestión, aumenta la sensación de saciedad, reduce el colesterol y controla el nivel de glucosa en sangre.