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Refuerzo del sistema inmunológico, la mejor prevención ante virus

SHA Wellness Clinic
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4 de marzo de 2020

Lamentablemente vivimos momentos en los que la palabra “virus” alcanza una dimensión de alarma mundial. El coronavirus ha puesto en jaque a los sistemas sanitarios de todo el planeta para poner en valor una máxima científica: la importancia de prevenir y propiciar un sistema inmunológico fuerte contra una agresión externa. No se trata de curar, pues hay virus tan agresivos que cualquier acción anterior puede ser inútil. Más bien se trata de anticipar acciones y propiciar fuertes mecanismos de defensa.

Un virus no es otra cosa que un agente patógeno externo compuesto por material genético y proteínas que al ingresar a las células del organismo se multiplica y causa alteraciones y patologías en diferentes órganos o sistemas. Los hay de muchos tipos: respiratorios, gastrointestinales, hepáticos, neurológicos, cutáneos, multisistémicos, etc. La violencia y su gravedad es variable y la clave está en la fortaleza de nuestro sistema inmunológico.

Este es el mecanismo de defensa más poderoso que tenemos para prevenir o combatir la acción de un virus. “Se divide en sistema innato (inespecífico) o adaptativo (especifico), y tiene que ver con las defensas con las que venimos equipados o adquirimos a lo largo de nuestra vida para dar respuesta a agentes externos como los virus. Lo hace a partir de un sistema humoral de anticuerpos o un sistema celular de linfocitos, macrófagos, etc.”, explica el Dr. Óscar Mayorga, responsable de la Unidad de Medicina Regenerativa de SHA Wellness Clinic.

Una vez el organismo es atacado por un virus, y dependiendo de su capacidad patógena o de producción de enfermedad, este reacciona neutralizando el virus, bacteria o parásito y destruyéndolo. “Sin embargo, estos agentes pueden causar daños y producir sintomatología según el órgano sistema afectado, como puede ser malestar general, secreciones, inflamación etc. Incluso hasta la muerte. En especial si tenemos un bajo nivel en nuestro sistema. Es lo que llamamos una inmunodeficiencia”, destaca el Dr. Mayorga.

El virus como amenaza

Un virus se convierte en una amenaza cuando no aparece una adecuada respuesta por parte del sistema inmunológico y afecta a órganos y sistemas vitales que amenazan nuestra vida. “Esto es lo que pasa con nuevos microorganismos que aparecen por mutaciones de los ya existentes o nuevas especies, para los cuales nuestro sistema de defensa no está preparado”, detalla el Dr. Mayorga.

Por definición, la prevención debe ser la forma primaria de actuación, siendo este el enfoque de SHA en todos sus programas de medicina preventiva.

El poder de la terapia regenerativa

Un sistema inmunológico fuerte siempre estará en mejores condiciones de afrontar una crisis que uno débil. Las terapias regenerativas, como su propio nombre indica, consiguen regenerar tejidos u órganos. Lo hace mediante la aplicación de moléculas, proteínas y células procedentes del propio organismo del paciente, como pueden ser el plasma sanguíneo, exosomas y las células madre provenientes de grasa, médula ósea u otros tejidos, como es el caso del cartílago.

“Además de estimular el sistema inmunológico, cuando este tipo de tratamientos se aplican sistémicamente, logran la regeneración de nuestros tejidos afectados (como la piel, las articulaciones u órganos como el páncreas) y ayudan y estimulan la producción de insulina en casos de diabetes especialmente tipo II. Igualmente se han comprobado efectos regeneradores en patologías neurodegenerativas”, observa el Dr. Mayorga.

Estrés y hábitos inadecuados

El estrés o un estilo de vida inadecuado, con una dieta pobre o poco saludable, son algunas de las principales causas de alteración de nuestro sistema inmunológico. “Por lo general, debilitándolo y permitiendo que no responda adecuadamente a los ataques externos”, asegura el Dr. Mayorga.

El estrés no es otra cosa que una reacción fisiológica que manifiesta nuestro organismo frente a una demanda externa. De alguna forma, nos prepara física y psicológicamente para afrontar un peligro o amenaza, desde una preocupación a un conflicto. Puede resultar hasta beneficioso si esa “exigencia” de alerta nos ayuda a cumplir ciertos objetivos cotidianos, ya sean laborales o personales. Pero el problema aparece cuando el estrés se prolonga en el tiempo para abandonar su carácter “adaptativo” y se transforma en “crónico”.

En la inmunología clínica, base práctica de SHA Wellness Clinic, encontramos varias terapias que pueden combatirlo desde una perspectiva primaria: fortalecer nuestro sistema inmunológico y luchar contra aquellos agentes que lo debilitan. Van desde los suplementos nutricionales, oligoelementos o vitaminas hasta terapias y medicamentos alopáticos y naturales que fortalecen nuestras defensas. También terapias como el ozono, que produce inmunoestimulación, así como inmunoterapia de diferentes niveles de complejidad que actúan estimulando directamente la respuesta humoral y celular.

“En la medicina regenerativa utilizamos la terapia con células madre que producen una inmunomodulación, activando una adecuada respuesta tanto celular como humoral en casos de inmunodeficiencia o autoinmunidad”, precisa el Dr. Mayorga.

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