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SHA Magazine Salud y belleza
Hoy en día, la depresión es un trastorno que afecta a millones de personas a nivel mundial, y cada vez son más los que acuden a la medicina convencional para tratarlo. Desafortunadamente, los antidepresivos sólo tratan los síntomas, pero no el problema desde la raíz. Puede que sea la opción más fácil, sin embargo, no es la más sostenible ni saludable.
No es de extrañar que la depresión cada vez sea más prevalente, ya que vivimos un estilo de vida ajetreado y estresante, seguimos una alimentación poco saludable y no descansamos lo suficiente, ni física ni mentalmente. Todos estos factores son el detonante perfecto para causar trastornos como la depresión.
Un factor al que no prestamos suficiente atención cuando hablamos de la depresión, es el papel que juega la alimentación. Nuestro aparato digestivo está conectado con nuestra salud mental, por ello lo llaman ‘el segundo cerebro’. La ciencia ha demostrado que la flora intestinal influye en la química cerebral y en el comportamiento. Además, juega un rol importante en la producción de la serotonina y la dopamina, de hecho, el 90% de la serotonina se produce en el aparato digestivo. Es decir, la hormona que nos hace estar felices y tener sensación de bienestar, se produce mayormente en el tracto gastrointestinal. Sorprendente, ¿verdad?
Cuando tomamos en cuenta que la dieta de la mayoría de la gente se basa en alimentos procesados que destruyen la flora intestinal, como el azúcar, no nos debe sorprender que la depresión sea tan común.
Además, el estrés es el peor enemigo del aparato digestivo, ya que también causa estragos en la flora intestinal. El estrés incrementa los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y disminuye los niveles de serotonina y dopamina, elevando las posibilidades de presentar síntomas de depresión.
Si tanto la dieta como los niveles de estrés afectan a nuestro bienestar mental, es evidente que hay alternativas más naturales para tratar la depresión.
Como bien hemos mencionado, la alimentación juega un papel muy importante en nuestro estado de ánimo. Debemos empezar cuidando la microbiota intestinal para que pueda trabajar correctamente. Para ello, debemos consumir verduras, frutas, cereales integrales, probióticos, grasas saludables y pescado.
Los probióticos son esenciales para la salud intestinal, ya que la bacteria buena es necesaria para el correcto funcionamiento del aparato digestivo. Los alimentos que son ricos en probióticos son el vinagre de manzana, la kombucha, el miso, el tempeh, el chucrut, el kimchi y el kéfir.
Además, también puedes consumir alimentos que mejoran el estado de ánimo, como el cacao, la maca, el salmón, las bajas de goji, el kale y las lentejas, entre muchos otros.
Ya que el azúcar destruye la flora intestinal, es mejor evitar consumirlo, y en el caso de que desees tomar algo dulce, prueba sustituyéndolo por alternativas saludables.
Por otro lado, también es importante gestionar el estrés para que los niveles de serotonina y dopamina sigan altos. El ejercicio físico es una buena manera de mejorar el estado de ánimo y la autoestima. A su vez, el yoga y la meditación ayudan a bajar los niveles de cortisol en el cuerpo y a sentirse más equilibrado, tranquilo y enfocado.
Todo el mundo puede meditar, y no tiene porqué ocupar mucho tiempo de nuestro día. Con aplicaciones como Headspace, puedes meditar en cualquier lugar, y con tan sólo 10 minutos, puedes notar los efectos positivos inmediatamente.
Estos pequeños cambios, como seguir una dieta saludable, practicar deporte y meditar, pueden tener un impacto muy positivo en nuestra salud mental. En muchas ocasiones dependemos de las soluciones rápidas y fáciles sin tomar en cuenta que tenemos todas las herramientas para poder hacer un cambio positivo y sustancial sobre nuestra salud.
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