Siete beneficios psicológicos de practicar deporte

1.Serás más feliz Esta no es la típica frase gratuita para enganchar al lector, sino una verdad probada por la ciencia en abundantes ensayos clínicos. La actividad física cardiovascular favorece la liberación de endorfinas, también conocidas como hormona de la felicidad. Su circulación por el torrente sanguíneo causa una sensación de plenitud, bienestar, euforia y felicidad que se ha llegado a comparar con un orgasmo.

Algunos estudios han demostrado, incluso que el ejercicio físico puede aliviar los síntomas de la depresión y la ansiedad. Por eso la actividad física se receta media hora tres días a la semana como mínimo. Con esa cantidad ya el cerebro se beneficiará del baño de endorfinas y tu ánimo y calidad de vida mejorarán casi instantáneamente. “La práctica regular de deporte y ejercicio físico reduce el estrés y la ansiedad, pues estimula la liberación de endorfinas, los neurotransmisores que actúan como analgésicos naturales y generan una sensación de bienestar. También mejora el estado de ánimo, al aumentar los niveles de serotonina y dopamina”, explica Cinthya Molina, psicóloga de SHA Wellnes Clinic.

Lo que sí parece es que el ejercicio físico tiene que representar un esfuerzo cardiovascular para obtener dichos beneficios. “Ser activos no es lo mismo que practicar deporte”, recuerda Bruno Ribeiro, especialista en Desarrollo Cognitivo de SHA, Wellness Clinic, y añade: “Cuando preguntas a alguien si hace ejercicio físico muchas veces te dice que cumple los 10.000 pasos recomendados por la OMS, eso dice que es una persona activa, pero no que practica ejercicio físico”. Según Ribeiro, el ejercicio físico implica que el sistema cardiovascular se ponga por encima de la media necesaria para mantener el cuerpo en actividad, debe elevarse la frecuencia cardíaca, y, por ejemplo, no deberíamos poder mantener una conversación sin que nos falte el aliento. Ese es un buen medidor de una actividad física que reta al corazón. “Tres veces a la semana deberíamos hacer 50 minutos de ejercicio físico para poner al sistema cardiovascular un poco por encima de lo que es su actividad normal”, indica el Doctor Ribeiro que recuerda que el ejercicio físico es la única actividad que nos protege de la atrofia cerebral relacionada con la edad.

2.Tendrás menos bucles de pensamientos rumiantes

Si algo te obsesiona y no puedes parar de pensar en lo mismo salir a correr es la solución. Solo el cambio de actividad y la necesidad de estar pendiente al entorno te ayudarán a parar la rumiación propia de un pensamiento obsesivo. Después de un día duro de trabajo o de una reunión estresante también es buena idea desconectar jugando al pádel, pisando el gimnasio o corriendo por la playa, pues uno de los beneficios psicológicos de la práctica de actividad física es precisamente reducir el estrés. El ejercicio también incrementa la producción de norepiferina, una sustancia química con capacidad de moderar la respuesta del cerebro al estrés.

3.Tendrás una mejor opinión de ti mismo, pues tu autoestima se disparará por varios motivos. El primero de ello es la mejora de tu imagen personal. El ejercicio fortalece tus músculos, tonifica tu cuerpo y si comes de forma sana, puedes perder algún kilo que sobre. Desde el primer día que empieces a moverte, te verás mejor. Mirarte al espejo y gustarte eleva tu estado de ánimo y te hace tener pensamientos positivos sobre tu autopercepción. Ambas cosas harán que te valores más. Al cumplir tus retos y seguir una disciplina cambiará la idea que tienes de ti mismo. “Lograr metas personales, superar desafíos y mejorar el rendimiento físico fortalece la percepción positiva de uno mismo”, explica la doctora Molina que añade que “la actividad física regular ha demostrado tener efectos positivos en la función cognitiva y la concentración. El ejercicio aumenta el flujo sanguíneo y la oxigenación del cerebro, lo que puede mejorar la atención, la memoria y el rendimiento cognitivo en general”.

4. Conocerás gente nueva y tu vida social se activará. Entrenar en grupo, jugar en equipo, ir a un gimnasio supone formar parte de algo y recuperar la sensación de pertenencia. Saberse parte de un grupo nos hace sentir integrados y valorados, mucho más si se trata de una comunidad que comparte una afición y un estilo de vida común.

5. Tendrás más energía y estarás motivado. A medida que vas consiguiendo avances, te costará menos alcanzar tus objetivos y empezarás a notar los beneficios del deporte. Todo esto aumentará tu motivación para conseguir retos aún más difíciles, te plantearás hacer cosas que pensabas que te estaban negadas y vencerás miedos que antes creías insuperables. Te sentirás poderoso (a). Un(a) ganador(a).

6. Conseguirás serenidad y autocontrol. Estar satisfecho, de mejor humor y más contento contigo mismo te permitirá controlar algunas situaciones cotidianas que solían desbordarte. También te ayudará dormir mejor, otra de las ganancias de la práctica regular de actividad física. Perder los papeles y el autocontrol te hace sentir irritado y mal contigo mismo. Recuperarlo es un paso importante para recuperar la autoestima.

7. Aumentará la seguridad en ti mismo y la que proyectas a los demás. Dedicar tiempo a ti y a tu ocio es un signo de seguridad. Cuando uno es capaz de equilibrar su vida y sacar tiempo para cuidarse sin sentirse culpable, proyecta capacidad para planificar y organizar. Serás más fiable a ojos de los demás.