¿Son seguras las hormonas bioidénticas?

Las hormonas bioidénticas han cambiado el paradigma de la terapia hormonal de reemplazo que hace varios años estuvo en el centro de una polémica por su relación con varios casos de cáncer de mama, lo cual se demostró en un conocido ensayo clínico. “Aquel estudio estuvo mal diseñado y en la terapia hormonal de reemplazo se usaban estrógenos equinos que se administraban por vía oral. Además, muchas mujeres participantes eran obesas, tenían problemas de colesterol y un mayor riesgo de desarrollar determinados tumores”, explica el Doctor Rafael Navas, experto en salud sexual y hormonal de SHA Wellness Clinic.

El especialista apunta que “cuando esas hormonas se administran por vía oral van hacia el hígado y generan metabolitos secundarios que muchas veces son proliferativos, y por eso debe tenerse cuidado con la mama y con el endometrio”.

La terapia hormonal de reemplazo que se usa actualmente se hace con hormonas bioidénticas que se sintetizan a través de vegetales y plantas. “La formula es análoga a las hormonas humanas, ya no se trata de estrógenos equinos. Además, se evita el paso hepático porque se no administra por vía oral, sino por vía subcutánea a través de cremas y pellets”, explica el Dr. Navas.

La mayor seguridad de las hormonas bioidénticas se explica por su estructura química idéntica a las hormonas naturales del cuerpo humano. Esto podría minimizar los efectos secundarios y la posibilidad de reacciones adversas en comparación con las hormonas sintéticas.

Su seguridad también radica en la personalización extrema de la terapia que busca satisfacer las necesidades individuales de cada paciente. Es fundamental que la administración de estas hormonas se realice bajo la supervisión de un profesional de la medicina que pueda ajustar las dosis según las respuestas y necesidades específicas de cada persona.

Otro factor importante es que las hormonas bioidénticas pueden administrarse de diversas formas, incluyendo cremas, geles, parches, píldoras y más. La elección de la forma de administración puede influir en la seguridad y eficacia de la terapia. Por ejemplo, algunos métodos pueden proporcionar una absorción más gradual y estable de las hormonas, reduciendo la posibilidad de picos y valles hormonales.

La terapia hormonal bioidéntica requiere un monitoreo continuo. Los niveles hormonales deben ser evaluados regularmente para ajustar las dosis según sea necesario y garantizar que se mantengan dentro de rangos seguros.

El Dr. Navas explica que las hormonas juegan un papel muy importante para equilibrar el organismo, el sistema nervioso, la mente, la piel, la salud cardiometabólica y también la función sexual.  “A partir de los 35 o 40 años todas las hormonas empiezan a descender en hombres y mujeres, ¿en que se nota? Pues estamos más nerviosos, tenemos el pelo y la piel más frágil, el colesterol empieza a subir, se empieza a acumular grasa donde antes no se acumulaba, en los hombres baja la líbido, en las mujeres hay sequedad vaginal y una bajada del deseo sexual”.

Sin embargo, el doctor insiste en que la salud hormonal tiene que vertebrase con el estado general del paciente. “EN SHA buscamos equilibrar el organismo a nivel ortomolecular, teniendo en cuenta la salud digestiva, la salud inmunológica y los parámetros de inflamación de bajo grado, y cuando todo eso está equilibrado entonces se completa con las hormonas”. Lo dice porque a los pellets de hormonas bioidénticas se les empieza a conocer como ‘el chip sexual’, y señala que los beneficios de tener las hormonas equilibradas van más allá de la vida sexual.

“La salud hormonal hay que abordarla de manera integral, y eso supone equilibrar el organismo en función de su condición de base y del estilo de vida. Intentamos desinflamar y antioxidar con Omega 3, con vitamina C y con Resveratrol, buscamos hacer combinaciones para equilibrar el cuerpo y ordenarlo a nivel ortomolecular y, solo después, aplicamos el tratamiento hormonal con pellets o cremas”, afirma.

“La medicina actual ha cambiado de paradigma, ahora se trata de optimizar el estado de salud a nivel hormonal, digestivo, cardiometabólico, inmunitario y de gestión del estrés, para prevenir enfermedades y envejecer de una manera adecuada. Prefiero hablar de well-aging (envejecer bien)  y no de antiaging”, concluye el Dr. Navas.