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SHA Magazine Salud y belleza
Deficiencias inmunológicas, dificultades respiratorias, trastornos digestivos, síntomas psicoemocionales, problemas osteomusculares y cardiacos… Las secuelas biológicas causadas por el COVID-19 afectan a prácticamente todos los órganos y sistemas del cuerpo, incluido el cerebro. Como nos comenta Bruno Ribeiro, responsable de la Unidad de Desarrollo Cognitivo y Estimulación Cerebral de SHA Wellness Clinic, “muchas personas que ya han superado la enfermedad continúan presentando alteraciones de la capacidad cognitiva tras la recuperación inicial. Las más destacadas son la niebla mental, la dificultad para concentrarse y mantener la atención, la lentitud de pensamiento o los problemas de memoria”.
Como nos explica el doctor, “al ser muy reciente, todavía desconocemos mucho sobre la enfermedad, aunque poco a poco vamos descifrando el funcionamiento de los mecanismos que permiten al COVID-19 acceder al cerebro. En la actualidad, se está trabajando en dos hipótesis. La primera indica que el virus puede llegar al cerebro a través del sistema circulatorio. Y eso a pesar de que la barrera hematoencefálica se encarga de que la sangre que circula por los vasos y capilares no se comunique con las neuronas. Por eso, se cree que el virus ataca a las células gliales, que hacen de puente y son las encargadas de llevar los nutrientes y el oxígeno a las neuronas y depositar en el torrente sanguíneo los desechos del metabolismo para su eliminación. La segunda hipótesis estudia como vía de entrada la pituitaria, que regula indirectamente el cortisol, y los nervios de la nariz. De ahí que en ocasiones se pueda perder temporalmente el sentido del olfato. Las células que detectan los olores son células neuronales y tienen una parte de sus receptores en la nariz, pero, al mismo tiempo, están conectadas con determinadas zonas del cerebro, como el bulbo olfatorio. De lo que sí estamos seguros es de que, si existe un proceso inflamatorio crónico, el coronavirus lo empeora”.
Para revertir estas secuelas y recuperar una función neurológica óptima, el programa Post-COVID (https://shawellness.com/shamagazine/es/post-covid/) cuenta con diferentes terapias y tratamientos que se personalizan según las necesidades concretas de cada huésped. “En la parte cognitiva y psicológica es fundamental aprender a manejar y controlar el estrés porque, de esta manera, reducimos los procesos inflamatorios. Si el huésped está decaído anímicamente, recomendamos la estimulación eléctrica transcraneal; si está bajo de energía, la fotobiomodulación cerebral, y, en los casos más complejos, utilizamos la inmunoterapia para modelar aún más los procesos inflamatorios. Eso sí, siempre ayudados con psicoterapia”, concluye Bruno.
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