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SHA Magazine Fitness
Practicar cualquier disciplina deportiva de manera regular es una de las piedras angulares, junto con la alimentación, la gestión emocional y el descanso reparador, de un estilo de vida saludable. Como nos cuenta Francisco Payán, supervisor de Fitness de SHA Wellness Clinic, “el ejercicio físico es salud, pero existen mil maneras diferentes practicarlo. Por eso, es importante, sobre todo cuando se está empezando, contar con los conocimientos y la experiencia de un entrenador personal que te guíe, te aconseje y te motive durante el proceso”.
El entrenador personal es una figura indispensable porque puede adaptar en tiempo real las rutinas, el número de series y repeticiones, la intensidad o la carga utilizada tanto a las condiciones físicas de cada uno como a los objetivos que desea alcanzar. Porque no se realiza el mismo entrenamiento si quieres perder peso que si lo que buscas en ganar masa muscular. “Lo primero que hacemos en SHA es una valoración funcional del huésped para analizar su estado físico, metabólico, anatómico y estructural, si ha sufrido lesiones recientemente, si tiene acortamientos musculares y cómo son sus rangos de movilidad y flexibilidad. Después, el huésped nos cuenta cuáles son sus objetivos, qué espera conseguir del entrenamiento personalizado y sus preferencias. Y, a partir de todos estos datos, diseñamos un plan completamente personalizado que, por un lado, se adapte a su condición física y, por otro, le encamine a lograr sus metas y a mejorar los problemas que pueda tener”, afirma Francisco.
Un error muy común que la mayoría comete es empezar a entrenar con una tabla de ejercicios estándar, sin tener en cuenta ni el estado físico ni el objetivo que se persigue. Francisco advierte que “en estos casos, lo más habitual es que la persona se aburra, pierda la motivación y abandone a los pocos días. En cambio, un entrenador personal te hará un seguimiento constante y adaptará la rutina a la condición física y gustos de cada uno, aumentará o reducirá la intensidad y la carga según se necesite e irá cambiando el tipo de ejercicio (isométrico, cardio, fuerza, etc.) según la evolución. Además, el entrenador personal también te enseña cómo respirar correctamente, cuándo descansar y cuándo forzar la máquina. Otro error habitual es repetir un programa de entrenamiento, con los mismos ejercicios y la misma intensidad, durante varios meses. Para mejorar tanto el rendimiento físico como la recuperación, lo mejor es cambiar de rutina cada dos meses. Así, evitas que el cuerpo se acostumbre a unos estímulos concretos, puedes mejorar en otros aspectos y alcanzar tu máximo potencial”.
Eso sí, el ejercicio físico es solo la primera parte del entrenamiento. Como asegura el experto, “una buena recuperación es esencial para restablecer las reservas energéticas y evitar futuras lesiones. Y sí, todos los que practicamos deporte tenemos agujetas, que son microrroturas de las fibras musculares y un sistema de defensa y protección del organismo muy eficaz. A pesar de que existe la leyenda urbana, completamente falsa, por cierto, de que beber agua con azúcar ayuda a combatirlas, la única manera de recuperarse de las agujetas es a través del descanso reparador y la alimentación sana y equilibrada”.
Por último, Francisco nos da un consejo para todos los que aprovechan la hora de la comida para ir al gimnasio: “si has desayunado a las 7 u 8 de la mañana y vas a ir a entrenar a 14 h., es conveniente que, a media mañana, ingieras algún alimento de digestión fácil, como un snack saludable o un batido proteico. De esta manera, el organismo tendrá reservas energéticas y podrás rendir al máximo. Y, una vez finalizado el entrenamiento, haz tu comida normal”.
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