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SHA Magazine Salud y belleza
A los abuelos apenas les suena el nombre Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Tampoco sus siglas, TDAH. Estamos ante un diagnóstico relativamente nuevo, antes a esos niños se les llamaba inquietos, trastos, se les castigaba con frecuencia y se daba por hecho que estaban condenados al fracaso escolar primero, luego al laboral, y en general al social.
Pero hace unos 20 años se empezó a diagnosticar a niños, y a veces a sus padres con TDAH, porque es una enfermedad con un alto componente genético, y se empezó a recomendar terapia, fármacos y cambios en el estilo de vida. Los niños “trastos” empezaron a verse con una óptica más científica y se les empezó a ayudar a adaptarse a la escuela, a la casa y también se enseñó a padres y maestros cómo tratarlos para sacar de ellos el mejor partido.
“El TDAH es un trastorno neurobiológico que afecta tanto a niños como adultos, pero la tasa de prevalencia en adultos es mucho menor. Tiene un origen multicausal, y cuando confluyen más de una causa las probabilidades de tener un diagnóstico de TDAH aumentan”, define Cinthya Molina, psicóloga clínica de SHA Wellness Clinic
Entre las múltiples causas que suelen estar detrás de este diagnóstico se incluyen los factores genéticos. Estudios familiares con gemelos han demostrado que los genes desempeñan un papel importante en la predisposición al TDAH. Se cree que múltiples genes contribuyen al desarrollo de este trastorno, aunque los mecanismos específicos aún no se comprenden completamente.
Otras investigaciones han encontrado diferencias estructurales y funcionales en el cerebro de las personas con TDAH, especialmente en áreas relacionadas con la atención, el control inhibitorio y la regulación del comportamiento. Estas anomalías pueden estar presentes desde el nacimiento, o desarrollarse durante la infancia temprana. Algunas teorías apuntan a factores ambientales, como la exposición prenatal al tabaco, al alcohol y a otras sustancias tóxicas. También se cree que un parto prematuro o el bajo peso podrían aumentar el riesgo de desarrollar un TDAH. El trastorno se asocia a problemas socioeconómicos como altos niveles de estrés y una mala estructura familiar.
Por último, se ha demostrado que los desequilibrios en neurotransmisores como la dopamina, la noradrenalina y la serotonina están asociados con el TDAH. Estos neurotransmisores son fundamentales para regular la atención, la impulsividad y el control motor.
“Es un diagnóstico que suele confundirse con el trastorno negativista desafiante de la personalidad porque el componente de hiperactividad se asocia a la agresividad y a la falta de control de impulsos. A veces se diagnostica muy rápido un TDAH cuando es un trastorno de la conducta en la que el niño busca la confrontación y el desafío. Y son dos diagnósticos totalmente diferentes, porque uno es del eje neurobiológico y el otro es un eje puramente comportamental que no tiene factores genéticos”, opina Molina.
La especialista confirma que se diagnostican ahora muchos más casos de TDAH que hace unas décadas. “Hay más diagnóstico porque hay más consciencia, más información y más capacitación para identificar el trastorno. Además, como nos encanta poner etiqueta por hacer economía cognitiva, en cuanto vemos un niño movido ya se le pone la etiqueta de hiperactividad y a lo mejor es solo un niño inquieto”, reflexiona.
Para demostrar la alta frecuencia de los diagnósticos Molina contrasta dos datos. “La prevalencia varía de acuerdo con los países. Oficialmente las tasas se sitúan entre un 3% o un 4%. Sin embargo, otros datos aseguran que un 10% de la población infantil en España está medicada con anfetaminas, y este es el tratamiento farmacológico indicado para el TDAH.”
“El abordaje recomendado para tratar el TDAH es una combinación de terapia cognitiva conductual, intervenciones educativas, farmacoterapia y cambios en el estilo de vida, incluyendo la alimentación”, explica Cinthya Molina. Además apunta que las pantallas son un factor detonante para este trastorno. “Las pantallas activan el córtex frontal que se estimula con luz, movimiento y sonido. Justo todo lo que tiene una pantalla. A un niño así de hiperestimulado es muy complicado sentarlo en la sala de espera de un médico y pedirle que se esté tranquilo. Tampoco puede estar ocho horas sentado en una clase frente a un libro. No puede. Su sistema de recompensa necesita continuos estímulos y su umbral de motivación y atención disminuye. Los padres damos a los niños la pantalla porque los calma y tranquiliza, pero estamos reforzando de forma negativa la hiperestimulación”, advierte la experta de SHA Wellness Clinic.
El TDAH es un trastorno que se ha asociado a personalidades creativas. No es extraños que muchos actores deportistas y cantantes hablen públicamente de su enfermedad con el objetivo de visibilizarla y apoyar a quienes la padecen, o con el fin de pedir fondos para investigar la naturaleza de este trastorno multicausal.
Aquí algunos de ellos:
Will Smith: El actor y rapero ha hablado abiertamente sobre su diagnóstico de TDAH y cómo aprendió a manejar los desafíos asociados al TDAH. Ha compartido cómo afectó a su rendimiento académico y cómo encontró la forma de superar esos obstáculos.
Michael Phelps: El legendario nadador olímpico Michael Phelps ha hablado sobre su lucha contra el TDAH desde una edad temprana. A pesar de su diagnóstico, Phelps ha logrado un éxito extraordinario en su carrera deportiva, convirtiéndose en el nadador más condecorado en la historia de los Juegos Olímpicos.
Justin Timberlake: El cantante, actor, compositor y actor ha revelado públicamente que fue diagnosticado con TDAH en su infancia. Ha hablado sobre cómo aprendió a administrar sus síntomas y ha abogado por una mayor conciencia y comprensión del trastorno.
Emma Watson: La actriz británica conocida por su papel de Hermione Granger en la saga de Harry Potter, fue diagnosticada con TDAH cuando era niña. En varias entrevistas ha contado cómo este trastorno afectó su vida y cómo ha aprendido a gestionar la enfermedad.
Adam Levine: El cantante y líder de la banda Maroon 5 ha contado cómo su vida personal y profesional se vio afectada por un diagnóstico de TDAH. Además, ha compartido que la música y el apoyo de su familia lo ayudaron a seguir adelante.
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