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SHA Magazine Salud y belleza
Porque la salud no es solo lo que hacemos o comemos, sino como lo hacemos o comemos, toma nota de estos 10 errores que cometemos a diario y empieza a cambiar tus rutinas.
Una dieta saludable debe tener al menos 3 comidas al día, siendo además altamente recomendable insertar algún snack (saludable siempre) a media mañana y a media tarde.
El desayuno será el que nos aporte la energía necesaria para afrontar el día y tan importante es tomarlo como lo que ingerimos.
Es una creencia muy extendida, un falso mito que se va transmitiendo de padres a hijos. Pero lo cierto es que la vitamina C del zumo de naranja se mantiene intacta hasta 12 horas si se conserva el zumo en un lugar fresco. Aunque ¡un zumo recién exprimido siempre resulta delicioso!
Este pequeño gesto, tan extendido sobre todo en los países anglosajones acaba con todas las propiedades detoxificantes y el efecto protector sobre el sistema cardiovascular que tiene el té. De ponerle azúcar ni hablamos…
No todo el mundo emplea al menos 2 minutos en lavarse los dientes y mucho menos espera 30 minutos después de comer para lavarlos. Toma nota, ¡es lo óptimo!
Parece obvio pero muchas veces, sobre todo al comer en la calle, se nos olvida lavar las manos y la cantidad de bacterias que acumulamos es infinita.
Y no nos referimos solo a beber agua (que resulta igual de importante ahora que en verano) sino a aplicar cremas hidratantes sobre nuestra piel de cuerpo y rostro, que tiende irremediablemente a secarse durante el invierno.
Realmente se necesita muy poco jabón aplicado en las zonas más necesarias, es decir, en los huecos naturales de la piel y los pliegues.
a demasiada intensidad, saltarnos los calentamientos, parar en seco y no estirar al terminar. ¡Se pueden evitar lesiones y agujetas!
Puede no parecer necesario en invierno usar protector solar en el rostro durante el invierno, pero es 100% recomendable, más aún en países como España en los que luce el sol menudo.
La fruta tiene un monosacárido denominado fructosa que, ingerido tras la comida, provoca un aumento rápido de los niveles de insulina en sangre y hace que todo lo comido anteriormente tenga más facilidad para convertirse en grasa. Por eso lo mejor es comer la fruta en el desayuno, a media mañana o para merendar.
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