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Cómo aliviar la tensión muscular provocada por el estrés y la ansiedad

SHA Wellness Clinic
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24 de noviembre de 2022
Aprender a gestionar las emociones es fundamental para evitar la aparición de contracturas y dolores musculares 

En el cuerpo humano, las partes física, emocional y espiritual están conectadas e interrelacionadas. Por eso, la ansiedad o el estrés prolongado no solo causan síntomas mentales, sino que pueden derivar en dolencias físicas, como contracturas, tensión o rigidez muscular. Como nos cuenta José Luis Tabueña, responsable de la Unidad de Fisioterapia de SHA Wellness Clinic, “en la mayoría de las ocasiones, un desequilibrio muscular previo es el auténtico origen del dolor, que se agrava debido al estrés continuado o los estados de ansiedad. De ahí que, cuando no se tiene una buena salud de la actividad muscular, los estímulos estresantes continuos acentúen la tensión y el dolor”. 

Por tanto, disfrutar de una buena salud física y mental es la mejor manera de prevenir y aliviar las contracturas causadas por una mala gestión emocional. Pero, como explica José Luis, “si queremos resultados más eficaces, debemos trabajar la musculatura para lograr un correcto equilibrio muscular. Así, cuando tengamos que enfrentarnos a un estímulo estresante, estaremos mejor preparados. El desequilibrio muscular se debe a que ejercitamos unos músculos más que otros y esto provoca compensaciones que afectan a la buena armonía de la función muscular, lo que nos hace más vulnerables y sensibles al dolor muscular causado por el estrés o la ansiedad”. Para evitarlo, José Luis nos recomienda los ejercicios, disciplinas y terapias más eficaces: 

  1. Ejercicios de tonificación y fortalecimiento de la musculatura cervical, los hombros y la cintura escapular, sobre todo los músculos romboides, trapecio inferior, serrato anterior, rotadores externos del hombro y flexores profundos del cuello.
  2. Estiramientos de todo el cuerpo para mantener la elasticidad de los músculos y aliviar así las tensiones.
  3. Ejercicios de movilización articular que ayuden a mantener una buena movilidad de las articulaciones.
  4. Tratamientos con terapia térmica para reducir las molestias y mejorar la actividad circulatoria en los músculos que tengan alguna tensión.
  5. Tratamientos de masoterapia y técnicas manuales suaves.
  6. Actividades como el yoga, el pilates o el taichí, porque trabajan, a la vez, el cuerpo y la mente.
  7. Técnicas de relajación, como la respiración pranayama, la meditación o la contracción y distensión de varios grupos musculares por fases.
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