Suscríbete a nuestra newsletter
Reciba novedades y ventajas sobre salud y bienestar.
SHA Magazine Salud y belleza
Todos estamos envejeciendo cada día, pero es cierto que no de la misma manera ni a la misma velocidad. El envejecimiento es un proceso de cambio gradual y continuo que se inicia en la edad adulta temprana cuando muchas funciones del cuerpo comienzan a disminuir.
No hay una edad determinada a partir de la cual se considere a un individuo un anciano o una persona de edad avanzada. Tradicionalmente, el inicio de la vejez se sitúa a la edad de 65 años. Pero el motivo de esta consideración no se fundamenta en la biología, sino en la historia. Hace muchos años, los 65 fueron elegidos como la edad de jubilación en Alemania, el primer país en establecer un plan de jubilación. En 1965, en Estados Unidos, la misma edad fue designada como la edad elegible para disfrutar del seguro de Medicare. Y es cierto que esta edad es la más cercana a la edad real de jubilación de la mayoría de las personas que viven en sociedades económicamente avanzadas.
Para determinar cuándo envejece una persona hay que considerar que la ciencia considera la existencia de varias edades:
La edad cronológica que se fundamenta únicamente en el paso del tiempo y en la fecha de nacimiento. Es la edad de una persona expresada en años.
La edad biológica que se refiere a las modificaciones que experimenta el organismo y que se presentan, generalmente, con el paso de los años. Dado que estos cambios afectan a unos antes que a otros, algunas personas son viejas desde el punto de vista biológico a los 65 años, mientras que otras no lo son hasta transcurrida una década o más. La mayoría de las diferencias notables en la edad aparente entre personas de edad cronológica similar son causadas por el estilo de vida, los hábitos y los efectos sutiles de ciertas enfermedades.
Por último, la edad psicológica, que se refiere al comportamiento y autopercepción de las personas. Por ejemplo, un octogenario que trabaja, tiene proyectos, espera con ilusión acontecimientos futuros y participa en muchas actividades es considerado una persona joven psicológicamente.
La mayoría de las personas sanas y activas no necesitan acudir específicamente a un geriatra hasta que cumplen 70, 75 o incluso 80 años. Otros, en cambio, necesitan ver a este especialista a una edad más temprana debido a su estado de salud. Y otros parecen haber envejecido diez años en un mes.
Algunos síntomas pueden indicar un proceso de envejecimiento prematuro. Por ejemplo, la fatiga, la debilidad muscular, los problemas de movilidad y la pérdida de equilibrio, los cambios bruscos en la visión y la audición, la pérdida de la elasticidad de la piel, o también la aparición temprana de enfermedades crónicas como la osteoporosis o la artritis.
Los signos físicos más evidentes aparecen en la piel con arrugas, manchas, sequedad o pérdida de tono y elasticidad.
Algunos síntomas mentales que indican una aceleración del proceso de envejecimiento pueden incluir pérdida de memoria, dificultad para concentrarse, problemas de aprendizaje, cambios en el comportamiento y en la personalidad, y depresión. La vejez prematura también puede afectar la capacidad de realizar actividades diarias y disminuir la autonomía e independencia de la persona.
El estilo de vida y la exposición a tóxicos o a sustancias adictivas, suelen tener un fuerte impacto en el ritmo de envejecimiento. Se cree queen la mayoría de los casos, el envejecimiento prematuro se debe a factores controlables y evitables. Por ejemplo, una alimentación rica en grasas saturadas, carbohidratos refinados y azúcares puede disparar la inflamación crónica en el cuerpo, lo que a su vez puede acelerar el envejecimiento. Además, una dieta pobre en nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y antioxidantes puede contribuir a la degeneración de las células y tejidos del cuerpo.
Para evitar el envejecimiento prematuro, los médicos y nutricionistas de SHA Wellness Clinic recomiendan una dieta equilibrada y antiinflamatoria que incluya una variedad de frutas, verduras, proteínas magras, algas, semillas y alimentos fermentados.
Además, es importante limitar el consumo de alimentos procesados, alimentos ricos en grasas saturadas, azúcares, y alcohol. La hidratación también es esencial para mantener la piel y los tejidos saludables, por lo que se debe beber suficiente agua durante todo el día.
Con algunos cambios en la dieta y una vida más activa, tanto física como intelectualmente, se puede reducir el riesgo de envejecimiento prematuro y mejorar la calidad de vida.
En la unidad de Medicina Well-ageing de SHA Wellness Clinic se incluye una evaluación genética, de estimulación cognitiva y de salud energética que dibuja un perfil biológico personalizado del paciente, el cual abarca casi 100 determinaciones del envejecimiento prematuro, además de un perfil genético con los niveles de estrés oxidativo, la prescripción de planes de nutrición, suplementos y ejercicio físico, así como terapias naturales y médicas. Tras examinar el estado general de los pacientes y determinar el ritmo de su proceso de envejecimiento, se recomiendan las terapias que más puedan beneficiar la salud y la calidad de vida de cada persona.
Reciba novedades y ventajas sobre salud y bienestar.