Suscríbete a nuestra newsletter
Reciba novedades y ventajas sobre salud y bienestar.
SHA Magazine Salud y belleza
¿Acidez? ¿Sensación de vacío en el estómago? ¿Dolor agudo como si tuvieras un nudo fuertemente atado en la boca del estómago? Si todo esto coincide con una época larga de estrés, y una vez descartada una afección gástrica, puedes estar ante una de las manifestaciones más comunes de la ansiedad.
Los síntomas emocionales pueden tener un claro reflejo en el aparato digestivo en forma de náuseas, acidez estomacal o dolor en la boca del estómago. En algunas personas situaciones como hablar en público, empezar un nuevo trabajo o la cercanía de un examen pueden producirle estos síntomas estomacales.
La conexión entre el cerebro y el aparato digestivo es muy intensa. El tracto gastrointestinal es muy sensible a emociones como la ira, la ansiedad, la tristeza y la alegría.
El estrés puede producir un desequilibrio en la flora intestinal que se manifiesta con síntomas en el aparato digestivo. Estos síntomas suelen agravarse cuando se padecen problemas estomacales previos, por ejemplo, una gastritis. Digamos que en estas personas el estómago es el punto débil a través del cual se manifiesta la ansiedad. Cólicos, cambios de apetito, gases y diarrea, digestiones largas, náuseas, acidez estomacal, estómago distendido o hinchazón, cosquilleo, hormigueo o presión en el estómago son algunos de los síntomas gástricos asociados a la ansiedad
Cada vez se conoce más la sofisticación de nuestro sistema digestivo. Se sabe que el tracto gastrointestinal cuenta con su propio sistema nervioso, llamado sistema nervioso entérico. Las terminaciones nerviosas del estómago responden directamente a las hormonas del estrés liberadas por el cerebro y que mandan a la amígdala las reacciones extremas de huida o lucha. Cuando este mecanismo se activa, las hormonas del estrés indican al estómago que ralentice su actividad para que los músculos y pulmones puedan bombear más sangre y enfrentar la presunta situación de peligro identificada por el cerebro.
Por ejemplo, un evento importante como un examen o una presentación en público es una causa muy frecuente de estrés estomacal entre los adultos, pero también afecta a los niños y adolescentes. También lo es la llamada ansiedad social, que es el miedo a ser juzgado o rechazado por los demás, o el temor de que algo terrible ocurra en el momento de hablar en público, o simplemente el terror de convertirse en el centro de atención por unos pocos minutos.
La ansiedad estomacal también es frecuente en personas con miedo a perder el control. La hipocondría (el miedo a enfermar o creer que se padecen síntomas de enfermedades mortales), la inseguridad, las situaciones inestables como la pérdida de un empleo, el cambio de empleo, las mudanzas, las rupturas sentimentales y los divorcios pueden desencadenar la ansiedad estomacal.
La forma más eficaz de evitar los síntomas gástricos es reducir rápidamente la ansiedad que los ha provocado. La psicóloga Cinthya Molina de SHA Wellness Clinic explica qua hay varias técnicas para reducir de forma relativamente rápida la ansiedad. Entre ellos, la experta recomienda la respiración profunda: “Puede ayudar a reducir la ansiedad pues activa la respuesta de relajación del cuerpo. Toma respiraciones lentas y profundas, inhalando por la nariz y exhalando por la boca. Concéntrate en hacer que tu exhalación sea más larga que tu inhalación”.
Practicar la atención plena (mindfulness) es otra recomendación de la doctora Molina para reducir la ansiedad. “Se trata de centrar toda tu atención en el momento presente, observando tus pensamientos y sensaciones sin juzgarlos. La práctica regular de la atención plena puede ayudar a reducir la ansiedad y mejorar el bienestar emocional”.
Ante una situación que nos provoca ansiedad, Cinthya Molina recomienda buscar alguna distracción. “Realiza actividades que desvíen tu atención de la ansiedad. Puedes leer un libro, escuchar música, ver una película, practicar un hobby o participar en cualquier otra actividad que te resulte placentera y cambie el foco de lo que te ha generado ansiedad. Por última, la experta recomienda “hablar con alguien de confianza”. “Comparte tus sentimientos y preocupaciones con un amigo cercano o un miembro de la familia. A veces, expresar lo que sientes puede aliviar la ansiedad”.
Dedicar tiempo al autocuidado y llevar un estilo de vida saludable son dos buenas estrategias para reducir la ansiedad estomacal. Es fundamental seguir una alimentación equilibrada, que no sólo contribuya a mantener al cuerpo sano, sino que también ayude a mantener a raya los niveles de estrés. Seguir una dieta adecuada ayudará también a reducir la inflamación estomacal y a controlar la presión sanguínea.
Establecer una rutina sana de sueño también puede ayudar mucho a espaciar los episodios de ansiedad. Para conseguirlo se necesita disciplina y mantener unos horarios de comida regulares, evitando comer y beber alcohol al menos en las dos horas anteriores a irse a la cama. Practicar yoga es la herramienta definitiva para descargar energía y descansar mejor por las noches.
Reciba novedades y ventajas sobre salud y bienestar.