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Estrés oxidativo: principales causas y cómo contrarrestarlo

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16 de abril de 2024

El estrés oxidativo es lo que sucede cuando hay demasiadas moléculas inestables llamadas radicales libres en el cuerpo y no hay suficientes antioxidantes para neutralizarlas. Es posible que esta situación ocasione daños en las células y los tejidos.

Se cree que varios factores pueden causar una situación de estrés oxidativo, entre ellos la obesidad, la mala alimentación, el hábito de fumar, el consumo de bebidas alcohólicas, el uso de ciertos medicamentos, la exposición a factores ambientales como la radiación, las toxinas, la contaminación del aire, los plaguicidas, entre otros. Las situaciones de estrés crónico y la ansiedad mantenida también parecen tener algún papel en la creación de estos ambientes de oxidación.

El estrés oxidativo a largo plazo acelera el envejecimiento y la aparición de inflamación crónica, cáncer y otras enfermedades crónicas y degenerativas.

El estrés oxidativo altera el metabolismo celular al oxidar los lípidos, las proteínas, los azúcares y los ácidos nucleicos que regulan su funcionamiento, y puede causar mutaciones en el ADN.

La única manera de contrarrestar la acción de los radicales libres es oponiendo a ese entorno oxidativo la cantidad necesaria de antioxidantes, como se denomina a las diferentes vitaminas, minerales y enzimas que se sintetizan en el organismo a partir de determinados alimentos, y cuya función es la de evitar que se produzca el daño celular.

Una alimentación pobre en antioxidantes es, por tanto, una de las causas del estrés oxidativo. Pero también lo son la contaminación ambiental, el tabaquismo activo y pasivo, la excesiva exposición a la luz solar, el consumo excesivo de alcohol, la acción de ciertos medicamentos, la exposición a sustancias tóxicas, así como una actividad física desequilibrada y sedentaria.

La relación entre el estrés oxidativo y el desarrollo de enfermedades degenerativas, crónicas y tumores ha sido avalada por importantes estudios epidemiológicos, al igual que el beneficio que supone el aporte de antioxidantes a través de la dieta o de suplementos nutricionales para reducir la acción de los radicales libres y protegernos de esas mismas enfermedades.

Hay una variedad de fuentes de donde provienen los antioxidantes. Algunos se generan de manera endógena en el organismo, mientras que otros se encuentran en los alimentos que ingerimos o en los suplementos que tomamos. Asimismo, los antioxidantes, ya sean naturales o sintéticos, pueden ser añadidos a los alimentos que típicamente carecen de ellos. Este añadido tiene la doble función de mejorar el valor nutricional y prolongar la conservación de los alimentos, ya que los antioxidantes también previenen la oxidación.

SHA Wellness Clinic cuenta con expertos que le ayudarán a diseñar una dieta antioxidante y antiinflamatoria acorde a sus necesidades, pues una alimentación saludable es la forma más efectiva de obtener los antioxidantes que el cuerpo necesita. Las frutas y verduras de temporada, los vegetales de hoja verde, las legumbres, la proteína vegetal y algunos frutos secos como las nueces son todas fuentes útiles de antioxidantes, y estarán seguramente en el centro del plan de alimentación que diseñarán para usted los consultores nutricionales de SHA.  Además, en SHA existe una lista de tratamientos innovadores que pueden ayudar a contrarrestar los efectos del estrés oxidativo, como la terapia Advanced Cell Regeneration, la sueroterapia Antioxidant, la ozonoterapia, entre otros.

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