Suscríbete a nuestra newsletter
Reciba novedades y ventajas sobre salud y bienestar.
SHA Magazine Salud y belleza
La glicina es el aminoácido perfecto: reduce la fatiga, facilita el sueño, regenera las articulaciones y evita el dolor. Aunque por su estructura es el más simple de nuestros aminoácidos, es un auténtico antídoto contra el envejecimiento.
Su función es esencial para mantener la buena salud de la retina. Igualmente, es necesaria para la síntesis de numerosos compuestos orgánicos como los fosfolípidos, la elastina, la creatinina, las purinas y la glutatión. Es indispensable para la regeneración de los tejidos y, concretamente, para la formación del colágeno que flexibiliza los cartílagos de las articulaciones.
La glicina contiene nitrógeno. No posee carga eléctrica y su nombre se deriva de su sabor dulce. El cuerpo puede construir la glicina por sí mismo, y esa es la razón por la que no se clasifica como un aminoácido esencial, sino como un aminoácido condicionalmente esencial, sin embargo, cada vez más estudios cuestionan que no esté en la lista de los aminoácidos oficialmente esenciales.
Las células corporales pueden sintetizar glicina a partir de su precursor, la serina, pero de una manera limitada, por lo que se recomienda garantizar su aporte a través de una dieta equilibrada.
En situaciones de estrés, edad avanzada, menopausia y alta actividad física, se puede recomendar la suplementación con glicina. Este aminoácido se descubrió inicialmente en la médula ósea de los animales, pero en la actualidad se obtiene mediante reacciones químicas de laboratorio por lo que los suplementos son en su mayoría veganos.
Entre sus numerosas funciones orgánicas destaca su uso como neurotransmisor capaz de inhibir el sistema nervioso central, de modo que induce la relajación, reduce la fatiga y facilita el sueño. La glicina también incrementa la sensibilidad a la insulina y refuerza la memoria.
La fatiga, los problemas para conciliar el sueño o el dolor muscular y articular pueden estar indicando un déficit de glicina. A largo plazo, el déficit de glicina se relaciona con la artrosis, la obesidad y la diabetes. También su escasez se asocia a las malas digestiones por falta de ácidos biliares, y también con el envejecimiento prematuro.
La glicina ayuda a conciliar el sueño, contribuye a que sea más profundo y reparador e incrementa la sensación de descanso. Esto sucede gracias a su acción como neurotransmisor inhibitorio que reduce la excitación de las neuronas y produce un efecto anestésico y somnífero.
Gracias a su alta presencia en el colágeno –un tercio de glicina está presente en articulaciones, huesos, tendones, capilares sanguíneos, cabello y piel–, es útil para prevenir y aliviar la osteoporosisy la artrosis. Muchas enfermedades del sistema motor y de las articulaciones mejoran con el uso de suplementos de glicina, pues tiene una acción regeneradora del cartílago y los tejidos. Los deportistas la consumen en suplementos porque supone un chute de energía, fortalece y construye la masa muscular y previene lesiones.
Con una dieta equilibrada se aportarían unos 3 gramos de glicina diarios; sin embargo, la evidencia científica constata que la dosis diaria idónea sería de entre 10 y 12 gramos diarios. Los que llevan una dieta vegana y las personas de edad madura pueden requerir de una suplementación.
La glicina puede encontrarse en la gelatina de origen animal y en las proteínas de alta calidad, entre ella las semillas de cáñamo, los guisantes y la soja. Las legumbres, las setas, los frutos secos, las semillas oleaginosas y los cereales integrales como el trigo sarraceno también aportan glicina.
En el caso de adquirir la glicina a través de suplementos, no se recomienda sobrepasar los 10 gramos diarios. Para las personas que sufren artrosis y osteoporosis, se recomiendan 5 gramos por la mañana y otros 5 por la noche. En caso de insomnio la glicina se toma antes de acostarse, en dosis de entre 3 y 5 gramos. No se recomienda tomar con cafeína.
Reciba novedades y ventajas sobre salud y bienestar.