Existe una tendencia a considerar las propiedades de los alimentos de forma absoluta y pensamos que si un alimento es bueno para unos casos, lo debe ser para todos. En esta categoría entran los zumos y smoothies. La cuestión es discernir: cuándo tomarlos y por qué.
Es una bebida estelar por muchos motivos porque es muy fácil de elaborar, suele gustar a todo el mundo y se prepara a base de frutas y verduras, alimentos muy bien considerados desde las guías oficiales de alimentación saludable. Pero no se trata de enarbolar el estandarte de la contracultura y afirmar que los zumos no son tan buenos, sino darles su lugar dentro del mundo de la alimentación saludable.
Los zumos tienen unas propiedades que irán muy bien en unos casos y no tanto en otros. Mario López, experto en Nutrición en SHA Wellness Clinic, nos ayuda a discernir ambas situaciones para saber elegir.
Incluir zumos en la dieta aumentaría su factor saludable cuando:
- No estamos tomando calorías suficientes: en este caso, los zumos aportan calorías por su contenido en azúcar de las frutas.
- No tomamos suficientes líquidos: los zumos aportan agua proveniente de los alimentos que usemos y del agua que usemos en su preparación.
- No ingerimossuficientes verduras en cantidad y variedad: con los zumos, conseguimos tomar algunos de los nutrientes de los alimentos que posiblemente no consumiríamos de no presentarse de esta manera.
- Tomamos demasiada carne, huevos, quesos, harinas (pan, pizza, pasta) o dulces: los zumos compensan, en la medida de lo posible, patrones alimentarios desequilibrados manifestados a través del exceso de productos animales e insuficiencia de frutas y verduras.
- Tenemos deficiencias de minerales y vitaminas: la riqueza de los zumos en minerales y vitaminas, principales nutrientes de las frutas y verduras, rectifica posibles deficiencias.
- Estamos viviendo momentos de estrés: el azúcar en los zumos ayuda a producir un efecto calmante momentáneo, ya que el estrés produce hipoglucemias.
- Queremos reducir la adicción al azúcar o productos azucarados: el primer paso para alguien que quiera reducir su adicción al azúcar sería sustituir los alimentos menos saludables, como bollería industrial, por otros “dulces” menos procesados, como pueden ser los zumos.
- Pasamos mucho tiempo al sol: situarnos bajo la influencia del astro rey llevará a una deshidratación que aconsejará el consumo de agua y electrólitos, nutrientes que podemos encontrar en los zumos.
- Hacemos ejercicio físico intenso: la activación física de nuestro organismo requiere una rehidratación completa posterior y glúcidos de absorción rápida, como puede ser el azúcar que naturalmente contienen los zumos.
“En estos casos los zumos suponen una herramienta para hacer una dieta más saludable, contribuyendo a mejorar condiciones de salud que pueden estar provocadas o agravadas por una dieta mal planteada”, destaca Mario López.
Incluir zumos en la dieta no sería tan aconsejable cuando:
- Ya tomamos gran cantidad de verduras (500 g o más al día) y frutas (600 g o más al día).
- No abusamos de alimentos animales, sino que llevamos una dieta muy cercana a lo vegetariano.
- Nuestro azúcar en sangre es elevado (diabetes o prediabetes).
- Tenemos intolerancia/alergia a alguno de sus nutrientes principales: fructosa, vitamina C o algún alimento en concreto. Por ejemplo, hay personas con alergia al plátano, a la remolacha, etc.
“En estas circunstancias, incluir zumos en la dieta no la haría más saludable, aunque en algunos casos podríamos incluirlos como una forma de dar variedad al tipo de platos que integran el menú”, explica Mario López.