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¿Qué efectos han tenido más de dos años de pandemia en la salud mental?

SHA Wellness Clinic
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21 de julio de 2022
La crisis sanitaria ha provocado un incremento significativo de los trastornos depresivos y de ansiedad.

Hasta que comenzó la crisis sanitaria provocada por el Covid-19, la salud mental era un tema del que apenas se hablaba y al que no se le prestaba demasiada atención. Pero después de mucho tiempo de convivir a diario con la incertidumbre, el estrés, la ansiedad y el miedo, la salud mental está en el centro del debate público. Como nos cuenta Cinthya Molina, psicóloga de SHA Wellness Clinic, “cada vez somos más conscientes de la importancia de tener una buena salud mental y se habla más abiertamente y con mayor naturalidad sobre ella, sin el pudor, la vergüenza o los prejuicios con los que se abordaba en el pasado”. 

Uno de los momentos más críticos y que más impacto tuvo en la salud mental se produjo el 15 de marzo de 2020, día en el que empezó el confinamiento domiciliario. Como explica la doctora, “en la mayoría de los casos, el confinamiento nos afectó muy negativamente. Porque a la situación caótica y de tanta incertidumbre que todos vivimos se sumaron el aislamiento social, el miedo a contagiarse, la pérdida de seres queridos, los problemas laborales y económicos… Fue un escenario terrible. Todas estas circunstancias actuaron como el detonante perfecto para que personas con ciertos rasgos de vulnerabilidad o con predisposición a la patología mental sufrieran diferentes tipos de trastornos, además de agravar la sintomatología de pacientes con patologías previas. Además, a esto hay que añadir la falta de recursos para atender asuntos relacionados con la salud mental en plena crisis sanitaria. En cambio, para una pequeña parte de la población, el confinamiento fue una pausa muy necesaria que les hizo pasar tiempo de calidad con ellos mismos o con sus familias”. 

El aislamiento social, la pérdida de amigos y familiares, la inestabilidad laboral y económica o el enfrentarse a la propia mortalidad han tenido un gran impacto en nuestro estado de ánimo. Y más cuando estos sentimientos negativos nos han acompañado durante tantos meses. “La fatiga pandémica se refiere al cansancio y la desmotivación causados por la sobreexposición prolongada al estrés, la incertidumbre, el miedo, la desconfianza, la rabia o la tristeza. Esto se ha traducido en un aumento significativo de la incidencia de la depresión y los trastornos fóbicos y de ansiedad”, añade la experta. 

Pero es importante entender que las emociones negativas forman parte de la vida y que no hay que intentar reprimirlas o huir de ellas, sino aceptarlas y aprender a gestionarlas para que no se conviertan en un obstáculo. Cinthya recomienda “hacer ejercicio a diario, seguir una alimentación sana y equilibrada y mantener una correcta higiene del sueño para tener un estado físico y un sistema inmunológico fuertes, lo que nos permitirá superar mejor los momentos de estrés. Además, es muy saludable mentalmente hacer planes a corto plazo, dejar de pensar en aquello que no podemos controlar, pasar tiempo con familiares y amigos, ayudar a los demás y practicar disciplinas cuerpo-mente, como la meditación, el yoga o la respiración consciente”. 

Para saber más sobre las secuelas cognitivas del Covid-19, Pincha aquí

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