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¿Qué es la salud emocional y cómo mejorarla?

SHA Wellness Clinic
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6 de marzo de 2023
Cuerpo y mente son dos caras de la misma moneda. Por eso, las enfermedades físicas se proyectan en la esfera emocional, y viceversa.

Como nos cuenta Cinthya Molina, psicóloga de SHA Wellness Clinic, “la Organización Mundial de la Salud define la salud mental no solo como la ausencia de trastornos mentales, sino como un estado completo y equilibrado de bienestar físico, mental y social en el que cada individuo pueda desarrollar todas sus capacidades, hacer frente al estrés normal de la vida diaria, trabajar de forma productiva y contribuir a la comunidad. En definitiva, implica un sentido positivo que combina el bienestar individual con el funcionamiento en sociedad porque, no lo olvidemos, los seres humanos somos seres sociales”.

El primer paso para disfrutar de una buena salud mental es aceptar que la frustración la ira, el miedo, la incertidumbre o la tristeza son emociones naturales y que, tarde o temprano, van a formar parte de nuestra vida. Eso sí, si cuando nos toca enfrentarnos a estos sentimientos negativos lo hacemos con una actitud positiva, evitaremos que se conviertan en un ancla que no nos deja avanzar. Como explica Cinthya, “la bibliografía científica indica que las personas que tienen una mayor capacidad de adaptarse y afrontar las circunstancias estresantes de la vida, es decir, que más son resilientes, tienen un factor enorme de protección frente a las enfermedades mentales”.

Pero el equilibrio emocional no depende exclusivamente de aprender a gestionar el estrés porque todas las partes del cuerpo humano están relacionas e interconectadas y se comunican entre sí constantemente. Cinthya lo confirma: existe una relación directa y bidireccional entre los planos emocional y físico. Por eso, las enfermedades de la esfera física se proyectan a nivel emocional, y viceversa”.

La buena salud emocional depende, y mucho, de los hábitos de vida: cuanto más saludables sean estos, mejor será aquella. Seguir una dieta sana y equilibrada, rica en frutas y verduras de temporada, cereales integrales, legumbres, semillas, frutos secos y algas y libre de alimentos ultraprocesados, harinas y azúcares refinados y alcohol, evita los altibajos emocionales y la neblina o la confusión mental. Practicar alguna actividad física moderada de forma regular es también un factor esencial que influye directamente en la salud mental y favorece el equilibrio cuerpo-mente. Al hacer ejercicio, el organismo segrega hormonas, como las endorfinas, la serotonina o la dopamina, que nos ayudan a liberar tensiones y controlar el estés, reducen la ansiedad, favorecen el descanso reparador y aumentan los niveles de energía.

Alcanzar todas las noches la fase de descanso reparador es fundamental porque es cuando el cerebro activa los mecanismos de limpieza para eliminar los desechos celulares, nos recuperamos del cansancio psicológico y fortalecemos las capacidades cognitivas. En cambio, cuando no dormimos bien, las toxinas se acumulan y pueden causar determinadas patologías, como la demencia.

La experta recomienda, además, “limitar el consumo de información negativa, ser agradecido, conectar con los demás, ser altruista (cuando ayudamos a los demás, el organismo libera oxitocina, que nos genera placer y felicidad), practicar disciplinas mindfulness, centrarse en el presente, hacer planes a corto plazo y no abusar de las redes sociales. Por último, es importante prestarle atención a los indicadores de salud mental, como una buena autoestima, la capacidad de adaptación al entorno, unas buenas relaciones sociales, el buen humor o el optimismo. Las personas con estos rasgos tienen una mejor salud mental”.

 

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