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Desde 2012, el segundo sábado de junio se celebra en todo el mundo el Global Wellness Day. Una jornada dedicada a concienciar a la sociedad de la importancia que tiene para la salud física, mental, emocional y espiritual aprender a desconectar del estrés provocado por el frenético ritmo de vida actual y a reconectar con nosotros mismos. En definitiva, a repensar nuestro estilo de vida para ser capaces de abrir un espacio de autocuidado que nos permita alcanzar el estado óptimo de bienestar. En SHA Wellness Clinic nos unimos a esta celebración con tres terapias milenarias que, a través de la relajación profunda, nos ayudan a recuperar el equilibrio cuerpo-mente y la tan necesaria y deseada paz interior.
Utilizada desde hace milenios por los maestros budistas, se realiza con unos cuencos específicamente diseñados y fabricados para esta técnica de sanación y que, al ser frotados, rozados o golpeados suavemente con una baqueta o maza, producen determinados sonidos y vibraciones que tienen un efecto directo sobre el estado de ánimo. Alivian el estrés, calman la ansiedad, recargan los niveles energéticos del organismo, ayudan a liberar las tensiones físicas y mentales y favorecen tanto el sueño como la relajación.
“Proporciona una relajación extrema”. Así define Fernando Gallego, supervisor de Wellness de SHA Wellness Clinic, el efecto que produce una sesión de watsu a cuatro manos. Esta terapia acuática, que combina los beneficios terapéuticos del agua con las técnicas de digitopresión del masaje japonés shiatsu, alivia las tensiones musculares y el dolor, descomprime la columna vertebral, reduce la ansiedad y el estrés, mejora la calidad del sueño y favorece la digestión. Imagínate la maravillosa sensación de ingravidez de flotar en el agua (a 34º C exactos) mientras dos expertos terapeutas te acunan, realizan suaves estiramientos y trabajan los puntos de acupuntura con ligeras presiones en una piscina individual y totalmente privada diseñada especialmente para este tratamiento.
La respiración es el puente que une el cuerpo con la mente. Por eso, cuando la respiración está en calma, la mente está serena. En esta técnica de control de la respiración, que se practica desde hace más de tres milenios, se realizan inhalaciones y exhalaciones profundas y lentas para crear un patrón constante que favorece la relajación, nos ayuda a ser conscientes del aquí y el ahora y a centrar toda nuestra atención en el momento presente. La respiración pranayama es una herramienta muy eficaz para alcanzar un estado óptimo de bienestar porque calma la ansiedad y el estrés, aumenta la capacidad pulmonar y la oxigenación de la sangre, revitaliza el cuerpo y la mente, ralentiza el ritmo cardiaco y mejora la concentración, el rendimiento cognitivo, la digestión, el sueño y el estado de ánimo.
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